Los Ángeles
Murray mintió al equipo de emergencia que trató de reanimar a Jackson
El doctor Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por la muerte de Michael Jackson, mintió a los equipos de emergencia que trataron de reanimar al cantante, según los testimonios dados hoy en la cuarta sesión del juicio.
El paramédico Richard Senneff explicó que el 25 de junio de 2009 llegó al dormitorio del "rey del pop"cinco minutos después de la llamada de auxilio, una respuesta rápida que le hizo pensar que podrían salvar al paciente cuya identidad desconocía y que se encontraba en parada cardiorespiratoria.
Senneff preguntó a Murray al entrar en la estancia cuál era la situación médica de Jackson y tras cuestionar repetidas veces al doctor éste le aseguró que el cantante no estaba tomando nada salvo "un poco de lorazepam para dormir"
"¿Algo más?"dijo el Senneff, quien recordó que Murray le contestó "no, eso es todo".
Murray confesaría posteriormente en los interrogatorios con la Policía que le había administrado también propofol, un potente anestésico que la autopsia determinó como causa de la muerte de Jackson.
Senneff manifestó que Murray le contó que él estaba tratando a al artista de "deshidratación"y "agotamiento".
El testigo confesó que la información provista por el acusado le resultó incongruente por la existencia de un gotero con una bolsa y una botella de oxígeno. Además, el aspecto inerme de Jackson le llevó a pensar que el paciente podía llevar así mucho más de cinco minutos.
"La piel estaba fría, las pupilas dilatadas, los ojos secos", comentó Senneff que indicó que las máquinas para registrar el ritmo cardíaco nunca detectaron latido.
Para el paramédico, Jackson lucía como si hubiera padecido una "enfermedad crónica", aunque a preguntas de los abogados de Murray respondió que era muy osado afirmar que parecía el cuerpo de un drogadicto.
El equipo de emergencias trató de revivir al cantante durante cerca de 30 minutos y le inyectó dos dosis de epinefrina y atropina sin resultado.
En un momento dado, Murray aseguró que Jackson tenía pulso pero ninguno de los paramédicos ni sus equipos pudieron corroborarlo.
Jackson iba a ser declarado muerto en la casa, según Senneff, a las 12.57 de la tarde del día 25, pero el doctor Murray insistió en llevar al cantante al hospital donde se certificaría el fallecimiento cerca de las 2.30 de la tarde.
Senneff apuntó además que vio cómo Murray recogió medicamentos que estaban presentes en la habitación antes de marcharse al hospital.
El primer testigo de la mañana de hoy, Robert Johnson, director de Calidad y Asuntos Clínicos de la empresa fabricante de equipamientos médicos Nonin Medical, explicó que el material que tenía Murray en la habitación de Jackson era inadecuado para conocer el estado del cantante de forma prolongada.
"Solo es apto para una revisión puntual de pulso y saturación de oxígeno", dijo Johnson, cuya compañía distribuye el medidor Nonin 9500 que Murray colocó en los dedos del artista el día de su muerte.
"No es apropiado porque no tiene alarma", añadió el testigo que preguntado por la defensa del doctor aseguró que el galeno tendría que estar mirando en todo momento la pantalla del dispositivo para controlar las constantes. De otra forma no sabría si Jackson había sufrido un paro cardíaco.
El cantante perdió la vida el 25 de junio de 2009 víctima de una sobredosis de medicamentos, en particular de propofol, que según la fiscalía le administró quien fuera su médico personal Conrad Murray que se declaró no culpable.
La defensa alegó que fue el propio Michael Jackson quien, en un descuido del doctor, se aplicó la dosis letal de propofol.
El médico podría pasar hasta 4 años en la cárcel en caso de ser condenado.
Está previsto que el juicio se prolongue hasta la última semana del mes de octubre.
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