Salgado deja en evidencia a Sanidad por Sergio ALONSO

El Gobierno está dando palos de ciego en su postrera lucha por salvar de la bancarrota a la Sanidad. Un mes después de que el Ministerio de Trinidad Jiménez aprobara un decreto para atajar el gasto farmacéutico, presumiendo de un ahorro de 1.500 millones que en realidad no alcanzará este año ni los 200, el Ejecutivo ha decidido dar otra vuelta de tuerca al sector. Salgado ha impuesto su tesis de que los laboratorios son la fuente de todos los males y ha impulsado un tijeretazo sin precedentes en España, con una bajada espectacular del precio de los fármacos que deja pequeña la que ella misma decretó en su etapa como ministra de Sanidad y la que pusieron en marcha años atrás José Manuel Romay y Enrique Castellón.

La desautorización de la vicepresidenta económica a Trinidad Jiménez es manifiesta. Casi tanto como la evidencia de que el recorte que aprobó hace un mes la titular de Sanidad era tan estéril como ineficaz para la obtención de ahorro. Pura propaganda, en definitiva. El Gobierno, en fin, ha actuado, pero vuelve a hacerlo sólo sobre una de las patas del gasto sanitario, el farmacéutico, un campo sobre el que posiblemente tardará mucho tiempo en crecer la hierba en España. Golpeados primero los fabricantes de genéricos y, ahora, los productores de medicamentos innovadores, lo lógico es que la industria investigadora acelere el proceso de deslocalización en busca de otros mercados más benignos para sus intereses. Un drama para la I+D, un drama para el empleo y un drama para el país.

Es cierto que el gasto bajará a corto plazo, pero como demuestra la experiencia de bajadas de precio pretéritas, la factura en medicinas volverá a crecer a la vuelta de un tiempo. La Sanidad sobrevive a golpe de parches.