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El FMI pone la mira en Italia y España

El organismo rectifica después de apuntar que compraría bonos de los dos países. Alerta del riesgo de recesión y pide tipos más bajos

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagardelarazon

BRUSELAS- En un momento de extrema volatilidad de los mercados, acentuada en no pocas ocasiones por errores en la comunicación, como han reconocido los más altos poderes en Europa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) contribuyó ayer al caos al tener que desdecirse sobre una posible compra de bonos de Italia y España.

Su director en Europa, Antonio Borges, anunció por la mañana que la institución estaría dispuesta a cooperar con el fondo de rescate europeo en la compra de deuda en las subastas públicas o posteriormente en los mercados. Lo haría una vez que el fondo, bautizado como Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera, adquiera los nuevos poderes pendientes de ser ratificados por los parlamentos nacionales, y con los que podrá inyectar liquidez a la banca, dar créditos preventivos a los estados y comprar bonos en los mercados.

«El FMI podría invertir junto al FEEF en el mercado primario o secundario mediante la creación de un vehículo especial de inversión», dijo Borges, quien añadió que lo que el Fondo ofrece es «una cooperación, trabajar con Europa». Esta cooperación ya existe en la práctica: hasta 250.000 millones de euros de los 750.000 del fondo proceden de Washington.

Borges tuvo que corregir sus palabras horas después porque, como dijo en un comunicado, el FMI «sólo puede prestar sus recursos a países, no usar estos recursos para intervenir en los mercados de bonos directamente». En su marcha atrás, Borges ofreció, más que acciones concretas, un mensaje de confianza para diferenciar a Italia y España de los países rescatados.

A pesar del giro del FMI, las palabras de su responsable en Europa evidencian que la UE sigue sin contar con la suficiente artillería para combatir las arremetidas especuladoras de los mercados. De hecho, advierte del riesgo de recesión en el viejo continente a pesar de mantener una previsión de crecimiento del 1,6% este año y un 1,1% en 2012. También exige una bajada de tipos que anime la maltrecha economía europea.

Los socios del euro tienen demasiados frentes importantes entrelazados abiertos para los que un salvavidas común sería incrementar las capacidades del FEEF aumentando su apalancamiento. Aunque cuenta con 750.000 millones de euros en garantías, sólo tiene capacidad de préstamo de 440.000 millones, de los que quedan unos 300.000 disponibles, insuficientes para aligerar la presión sobre la deuda soberana de países como Italia y España, o realizar una nueva recapitalización de la banca, que el FMI cifra en 200.000 millones.


La banca francesa pone en riesgo la «triple A» del país
Tras la rebaja de rating de Italia, el mercado especula con cuál será el próximo país en seguir los pasos de la economía transalpina. El principal candidato a un nuevo recorte de solvencia es Francia, que tendrá que invertir una suma importante de capital público en su sector financiero y arriesga la «triple A» en este proceso. No en vano, las entidades galas son las que más dinero se juegan en la probable quiebra de Grecia y las que más problemas están mostrando en la financiación de sus operaciones a corto plazo, como es el caso de Dexia.