Automóvil

Una ley para controlar a los aparcacoches

Multitud de hoteles, restaurantes y discotecas de Madrid ofrecen a sus clientes servicio de aparcacoches. Ahora, si prospera una propuesta de la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), estos profesionales podrían responsabilizarse de los daños que se producen en algunas ocasiones en los vehículos durante el tiempo en que se quedan bajo su custodia

Una ley para controlar a los aparcacoches
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Mientras sus dueños disfrutan de un rato de ocio, estos profesionales se encargan de proveer de plaza de aparcamiento a los automóviles. Para ello muchas veces recurren a segundas filas, vados e incluso, en las menos ocasiones, a pasos de peatones. También son frecuentes las carreras. El grueso de los trabajadores de este sector son chicos jóvenes a los que en muchas ocasiones les gusta poner a prueba la cilindrada del coche se les han «prestado».

La asociación, según explicó su presidente, Mario Arnaldo, ha recibido quejas en las que se indica que ahora, en caso de que se produzca algún desperfecto con el coche durante su encargo, los propietarios deben buscar al conductor (aparcacoches) para solucionar el conflicto sin que exista documento alguno que acredite el nombre de la persona que se queda al cargo de su coche. Por este motivo, solicitan a los establecimientos para los que trabajan estos conductores que profesionalicen su labor con la entrega de resguardos por el depósito del vehículo, como ya ocurre en talleres y aparcamientos. Se trataría, en resumen, de regular esta actividad, de la misma forma a como se ha hecho con los porteros de discoteca.

«No se puede dar las llaves de tu coche a alguien que no conoces de nada, ni sabes su nombre o si tiene el carné de conducir en vigor. El coche genera una responsabilidad, y más hoy en día», subrayó el representante de la AEA.

La idea, según explicó Arnaldo a Ep, es crear un contrato que vincule al aparcacoches y propietario para que el coche se devuelva en iguales condiciones a las que se dejó. Desde la AEA aseguran que ahora los dueños de los establecimientos con este servicio no se hacen cargo de multas y reparaciones. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con varios aparcacoches profesionales que prestaron testimonios muy dispares a este respecto. Así, Tstso, Búlgaro y con siete años de experiencia prestando este servicio en varias locales nocturnos de la capital, aseguró que «los daños que se producían en los coches, los cubría el seguro de la discoteca». Félix, español de 39 años y con la misma experiencia que su colega, explicó por su parte que en muchas ocasiones el dinero para anular de forma inmediata las multas que la Policía impone a los coches que se quedan bajo su vigilancia «sale de la propina que me dan los clientes».

En lo que sí coincidieron fue al mostrar su disconformidad con este intento de regularizar su oficio. «Cuando me contratan me piden todos los papeles y el carné, comprueban que está todo en regla», aseguró Félix que incidió en que su responsabilidad sobre lo que ocurre con el coche se limita sólo a cuando lo conduce.


Vecinos atrapados en la tercera fila
El desempeño de la actividad de aparcacoches –remunerada con un sueldo mínimo de 750 euros más propinas (que pueden sumar unos 2.000 euros más al mes en los mejores locales)– en muchos barrios de la capital se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los vecinos de los negocios que los tienen en plantilla. En calles como José Abascal, Serrano, Velázquez, Atocha o Segovia, ente otras, la cercanía de aparcamientos públicos no impide a estos profesionales del estacionamiento abandonar los vehículos en segunda y, a veces, hasta en tercera fila. En muchas ocasiones los propios vecinos deben esperar para poder sacar sus vehículos bien aparcados y llaman a la Policía aunque, se quejan, «los coches de lujo no reciben multas».