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Juan Abarca Cidón: «Por la crisis hay menos bajas médicas»
Profesión: médico, director general deHM Hospitales.Nació: en 1971, en Madrid.Por qué está aquí: por el libro «Un modelo de hospital».
– «Un modelo de hospital». ¿Cómo debe ser un hospital modélico?
–Seguro para los pacientes, motivador para los profesionales y sostenible económicamente.
–¿Tenemos muchos así en España?
–Casi todos los privados. La Sanidad pública funciona bien en lo asistencial, pero se gestiona mal. Peca de despilfarro.
–¿Qué les falta a los hospitales españoles?
–Una relación más sensible con el paciente. Y les sobra burocracia.
–Leo que muchos médicos jóvenes españoles emigran...
–Sí, porque España es uno de los países que peor paga a sus médicos.
–También leo que la Sanidad pública está pachucha. ¿Quién la curará?
–El sector privado a través de conciertos y la promoción del seguro privado.
–¿Llegará el copago?
–Lo habrá para algunas prestaciones no imprescindibles.
–Doctor, ¿la crisis nos pone malos?
–Está haciendo que la gente se ponga menos mala: hay miedo a perder el empleo. Se da un descenso de bajas médicas.
–Pero dicen que crecen las depresiones, el alcoholismo, la ludopatía...
–Sí, entre los parados. Quizá haya que crear una consulta específica para esos casos.
–La cirugía estética va bien, dicen. ¿A mal tiempo nueva cara?
–No crece. Más que nueva cara, se necesita afrontar las cosas de cara.
–¿Cómo será el hospital del futuro?
–Casi sin habitaciones: funcionará la telemedicina, el paciente recibirá atención en su casa.
–¿La mejor medicina es el espíritu gozoso, que decía Salomón?
–La que no se necesita, como el mejor hospital es el que no se utiliza y el mejor cirujano, el que sabe cuándo no tiene que operar. Lo dice mi padre, Juan Abarca Campal, cirujano.
–¿Prefiere ingresar en «Hospital Central» o en «Urgencias»?
–En «Hospital Central», que es española. La Sanidad española no le envidia nada a la americana. Allí sí que sólo eres un número.
–¿Se pondría en manos del doctor House?
–Sin dudarlo. Es un médico que busca hasta el final.
–«O este hombre está muerto o mi reloj se ha parado» (Groucho Marx).
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