Caracas
ETA quiere formar una internacional del terror para adiestrar pistoleros
La Guardia Civil alerta, en un informe remitido a la Audiencia Nacional, de las relaciones de ETA con otras «facciones terroristas-revolucionarias», en especial de Iberoamérica, dentro de un plan preconcebido para trasladar su infraestructura logística y de formación de nuevos pistoleros fuera de Francia y, por supuesto, de España.
Estos movimientos podrían constituir el embrión de una internacional terrorista de habla hispana, por más que a los de ETA les irrita cualquier relación con España, aunque sea a nivel de lengua. El objetivo: intercambio de informaciones operativas, financiación, formación de pistoleros, y, en general, cualquier tipo de apoyo que sea preciso para el desarrollo de las actividades delictivas, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN.
Los expertos de la Benemérita llaman la atención sobre dos hechos recientes que demuestran la «huida» de ETA del que fue su «santuario» tradicional, Francia: el desmantelamiento, el pasado mes de febrero, del taller-laboratorio que los pistoleros habían montado en Portugal; y la presencia en Venezuela de dos adiestradores de la banda, José Lorenzo Ayestarán Legorburu, «Fanecas», e Iurgi Mendinueta Mintegi, que actuaban como adiestradores de elementos terroristas de otras nacionalidades.
La Guardia Civil observa una «evolución metodológica de ETA para reubicar las infraestructuras que posee en los denominados espacios de reserva. Estos espacios, circunscritos hasta hace unos pocos años a Francia, acogían las principales infraestructuras logísticas de la banda, y en ese territorio se realizaban las principales actividades formativas de sus miembros». «La excelente cooperación judicial entre España y Francia ha afectado gravemente a las capacidades de ETA en territorio galo que, de ser considerado un "santuario", ha pasado a convertirse en espacio prohibitivo para sus intereses», agrega el informe. «La elección de Venezuela, un lugar tan lejano, para realizar cursillos, a pesar de los costes, no tiene otra razón de ser que la huida de la presión policial».
Las pretensiones de ETA de formar una internacional del terror en Iberoamérica no son nuevas. Ya lo intentó a través de su colaboración con el régimen comunista de los sandinistas en Nicaragua. Tras la pérdida del poder de este grupo, mantuvo una importante infraestructura, que fue descubierta en 1993. El centro operativo estaba en un almacén de la localidad de Santa Rosa. Al frente del complejo, figuraba el cabecilla etarra Eusebio Arzallus Tapia, «Paticorto», un sujeto escurridizo, que aún permanece en libertad y que, de seguro, mantienen importantes responsabilidades dentro de la banda.
En el almacén se guardaban armas y explosivos; documentos para ser falsificados de 23 nacionalidades, en especial de Iberoamérica y también de España; informaciones para asesinar o secuestrar a empresarios, militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad de distintos países; etcétera. Pretendía ser una especie de reserva de material bélico y logístico, que asegurara la operatividad del grupo terrorista que controlara el «zulo». Además, era como un «supermercado», en el que otras bandas podían comprar todo tipo de armas y documentos, con el consiguiente beneficio económico para ETA.
Zaragoza ya está en Bogotá
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional de España, Javier Zaragoza, trata en Bogotá con las autoridades colombianas de definir un «cauce ágil» para recibir información sobre los presuntos vínculos de la banda terrorista ETA y la guerrilla de las FARC. Zaragoza aludió a la información obtenida en los ordenadores y memorias USB del jefe militar de las FARC, Víctor Julio Suárez Rojas, alias «Mono Jojoy».
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