Autoayuda
Mario Alonso Puig: «Me siento feliz si he ayudado a Pilar Rubio a sanar su relación»
Es el gurú de moda y con sus píldoras de la felicidad llena teatros e inspira tanto a famosos como a royals. Nos desvela algunos secretos
Mario Alonso Puig es el «coach» de moda. No hay celebridad que se resista a sus letanías para ser emocionalmente más sabio. Desde Doña Letizia a Sara Carbonero, Pilar Rubio, Sergio Ramos o Ana Soria, son muchos los que sucumben a sus discursos. Consigue aforo completo allí donde va. Fue doctor y trabajó en Harvard, pero un día dejó el bisturí y se convirtió en gurú de la búsqueda de la felicidad. Está convencido de que «no nacimos para una vida mediocre, sino para una llena de ilusión». Hoy comparte con LA RAZÓN sus mejores herramientas y los consejos que da a diferentes personajes célebres.
La felicidad es una constante en sus conferencias ¿Cómo definiría este término tan anhelado?
Es el gozo de reconocer quiénes somos. A diferencia del bienestar, que es el goce de los sentidos, la felicidad es el gozo del corazón. De este reconocimiento emerge la alegría, la serenidad y la confianza que nos permiten fluir con la vida, en lugar de resistirnos.
¿Tanta felicidad de los famosos es puro postureo?
Es impensable que una persona esté sonriendo las 24 horas del día. Sí es cierto que se puede mantener estabilidad y paz interior en los momentos más difíciles. A todos en redes les gusta mostrar la cara más bonita, pero hay que ser cauto. Tenemos la tendencia a ocultar nuestro lado más oscuro para que no quede tan evidente nuestra vulnerabilidad o nuestro dolor. Por eso hay tanta superficialidad en la forma en la que nos comunicamos. El poder, la fama o la fortuna no son para nada garantía de felicidad, aunque indudablemente sí pueden aumentar de forma significativa ese bienestar asociado a la experiencia sensorial.
¿Por qué «El camino del despertar» es su libro más profundo?
Utilizo una metáfora en la que hablo de hombres y mujeres que descubren su auténtica naturaleza y se convierten en una luz para la humanidad. Un mapa basado en mi propia experiencia para extrapolar nuestra paz interior.
Isabel Pantoja, de la prisión a llenar estadios como el Wizink Center. ¿Es un ejemplo de lo que preconiza?
La resiliencia y reinvención pueden ser un común denominador de Isabel Pantoja. Como sabes, el junco se dobla, pero no se parte. Eso le pasa a ella. Es muy resiliente. Experimenta el dolor cuando ocurre, pero no lo mantiene en su aquí y en el ahora. En el caso de ella, tan mediático, que va a una prisión y luego se edifica de nuevo, es de tremenda resiliencia. Pero a su vez también juega como reinvención de identidad, que cambia su forma de ser y estar en el mundo. Isabel no se rompió después de aquel episodio en prisión traumático. En su forma de actuar en el «ahora» muestra una alegría que antes no tenía.
¿Tenemos que aprender a ser felices?
Desde mi propia experiencia, diría que tenemos que aprender a dejar de boicotearnos la posibilidad de ser felices. Quien está fijándose solo en lo que hace mal, en lo que le falta o en lo que no ha logrado, está boicoteando toda posibilidad de conocerse mejor.
Ana Soria, una de sus seguidoras, es el ejemplo de sonrisa constante.
Me quedo sorprendido cuando veo que las palabras que pronuncio calan en las personas. Para eso escribo y doy conferencias. Si ayudo a las personas ser más sonrientes y felices, agradecido estoy por verlas así. Por lo que he podido comprobar a lo largo de varias décadas, cuando una persona busca cómo mejorar su vida, es igual si es del mundo de la ciencia, de la literatura, del arte u otra actividad, acude a este tipo de conferencias en busca de respuestas.
¿Qué relación tiene la felicidad con la autoestima?
La relación es muy estrecha porque quien no se valora y no se estima no puede experimentar felicidad. Nuestra felicidad es una consecuencia de poder expresar nuestra mejor versión y para ello, tenemos que desarrollar hacia nosotros una mirada apreciativa.
¿Cómo se gestiona el dolor cuando hay una situación tan extrema como la de Rodolfo Sancho?
Como cirujano he aprendido mucho sobre cómo gestionar el mundo del dolor. Lo primero que le diría es que hay que encontrar un sentido a lo que no lo tiene, que ahondara en el «para qué». El dolor es consustancial a nuestra naturaleza, tenemos que asumirlo. Hay que ser cautos a la hora de tratar el tema de la culpa y asumir que lo que es tan duro se nota en el cuerpo físico. Tener una disposición a buscar el método menos malo es lo que le diría.
Sara Carbonero, otra de sus seguidoras, verbaliza con naturalidad su dolencia ¿Qué les dice a las personas que tienen que encarar un cáncer?
Yo me defino como un sencillo despertador en estos casos. No les doy a las personas nada que les falte, les doy algo que ya tienen. Tenemos todo dentro de nosotros para afrontar desafíos. Tengo gratitud por personas como Sara, que lucha y ayuda a luchar.
Muchas parejas han sanado sus relaciones gracias a sus directrices. Un caso, Pilar Rubio y Sergio Ramos, que hasta posan con usted en Instagram, agradecidos a sus palabras.
Sí, conocí a los dos. Vinieron a una de mis charlas y siempre se han manifestado con enorme cariño. Fueron ellos los que publicaron la foto de nosotros tres juntos. Les he visto siempre como personas cercanas el uno con el otro, que se han profesado entre ellos mucho cariño. Me dices que las herramientas que doy ayudan a las parejas, no sé cómo es mi éxito con ellos como pareja. Me siento feliz si les he ayudado.
¿Las redes sociales engañan o ayudan a ser más felices?
La distracción es uno de los mecanismos que utiliza la mente humana para no mirar hacia dentro y tener así que conectar con la sombra, con eso que rechazamos en cada uno de nosotros. Este mecanismo es muy pernicioso porque evita que, trascendiendo nuestra sombra, nos encontremos con nuestra verdadera luz, la esencia de lo que somos.
Asistimos a guerras familiares. Véase Carmen Borrego o Bárbara Rey con sus hijos. ¿Cómo ayudaría?
Si no hay respeto es difícil que haya otras cosas como cariño y admiración. El respeto es la valoración. En los casos que cita, si encontraran un espacio común para comunicarse, se solucionarían problemas. Deberían desarrollar la capacidad para cooperar con respeto. Ahí está la solución, aunque tengan visiones distintas.
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