Sudáfrica
El curioso duelo científico por hallar el agua más vieja del mundo
En dos puntos del planeta tan dispares como la Antártida y Sudáfrica, en dos entornos tan opuestos como un lago helado y el fondo de una cordillera repleta de oro, a tres kilómetros bajo tierra, en ambos casos, se libra una particular "pelea"científica por encontrar el agua más antigua, pura, virgen e inalterada de la Tierra. El primero que consiga brindar con ella se llevará la gloria.
Hasta ahora parecía que el hallazgo, de una extraordinaria importancia científica porque incluso podría llevarnos a las formas de vida más antiguas conocidas, iba a corresponder al equipo de científicos rusos liderado por Valeri Lukín, que se encuentra a las puertas de horadar el lago antártico Vostok, oculto (y completamente aislado) tras una capa de unos 3.750 metros de hielo.Sin embargo, hace unos días los miembros de esta expedición comunicaron que no les daría tiempo a acometer estos trabajos previstos esta temporada, y que debían aplazarlos, muy a su pesar, hasta diciembre.Este anuncio coincidía con el hallazgo por parte de unos investigadores de la Universidad de Toronto de unas aguas subterráneas salinas situadas tres kilómetros bajo tierra de la cuenca Witwatersrand (Sudáfrica), que pueden haber permanecido aisladas durante miles de años, o incluso millones. ¿Cuál de las dos es el agua más vieja del planeta? Según el estudio de la Universidad de Toronto, que ya ha sido aceptado para su publicación por la revista especializada Chemical Geology, se ha hallado en unas grietas a tres kilómetros de profundidad gas noble neón disuelto en agua. El inusual perfil del neón, junto con las altas salinidades y algunas otras firmas químicas únicas, es muy diferente a todo lo visto en el líquido fundido y los gases que emergen de debajo de la corteza terrestre, según la profesora Barbara Sherwood Lollar, informa el portal Noticias de la Ciencia y la Tecnología. Aisladas millones de añosEstas formas químicas tampoco se parecen a las del agua del mar o a las aguas superiores de la propia cuenca de Witwatersrand, lo que lleva a concluir a los investigadores que esta cápsula de agua profunda "es el producto del aislamiento y la interacción química entre el agua y la roca en escalas de tiempo geológico increíblemente largas". Pero la prueba irrefutable fue la roca basal antigua. "Sabemos que esta firma de neón fue producida y atrapada en la roca hace al menos dos millones de años. Todavía la podemos encontrar allí hoy", dijo la doctora Sherwood.La verdadera importancia de este hallazgo, al igual que en el agua del lago Vostok, estaría en la posibilidad de analizar ecosistemas microbianos desconocidos en la Tierra, y que lograron la vida independiente de la luz solar gracias a la energía química que se origina en la roca. "Estas comunidades microbianas amplían radicalmente nuestro concepto de la habitabilidad del subsuelo de la Tierra y, de hecho, de nuestra biosfera", explica Sherwood Lollar.Y aquí es precisamente donde las dos expediciones, la de Sudáfrica y la de la Antártica, se dan la mano. Los científicos rusos ya encontraron en el lago Vostok evidencias de vida en forma de microbios. Como el lago está dividido en dos, podría haber dos tipos de ecosistemas totalmente distintos que han evolucionado al margen de la superficie.El mayor yacimiento de oro del mundoEstas formas de vida habrían desarrollado su capacidad de adaptarse a condiciones extremas, al margen de la vida tal y como la conocemos. Lo mismo que podría ocurrir en las grietas de la sierra de Witwatersrand (en afrikáner "sierra de aguas blancas"). Esta cordillera de 100 kilómetros de largo y con filones de hasta 3.600 metros de profundidad era famosa hasta ahora por haber sido el principal yacimiento de oro del mundo, hasta el punto de haber dado nombre a la moneda del país, el rand. Ahora puede ser famoso también por otro tipo de tesoro. No es oro pero, para los científicos, como si lo fuera.
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