SGAE
No es la cabeza del Bautista
La dimisión de Teddy Bautista es una gran noticia aunque insuficiente. El escándalo de la SGAE debería llevar a un acuerdo entre el PP y el PSOE para poner punto final a una entidad que no debería existir o, como mínimo, debería refundarse para que sirviera realmente a los intereses de los creadores. El desprestigio de SGAE es un claro síntoma de un modelo acabado. Por ello, no debería permitirse que todo siga igual con un mero cambio instrumental y sin contenido real. No han dado la cabeza de un Bautista, porque ni ha sido ni es una persona buena. Las irregularidades son muy grandes y la propia mecánica de funcionamiento de la institución es cuestionable. Bautista es el responsable de este modelo y sus desmanes, por acción y por omisión. Lo increíble es que mantenga, además, los privilegios que ha logrado durante estos años como sátrapa mayor de la SGAE y que sus amigos sean los que siguen mandando.
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