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Zorita abre sus «tripas» al público

La central enseñará a colegios y ecologistas cómo desmantela la instalación

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Madrid- El 12 de diciembre de 1968 Franco dio por iniciada la era atómica industrial en España. Así lo recuerda la placa inaugural todavía expuesta en la entrada de la central nuclear de Zorita, en Guadalajara, que dejó de funcionar en 2006. Esta planta fue la primera que operó en España y será también la primera en ser desmantelada por completo. La de Vandellós I, que cerró tras un incendio en 1989, se desmontó parcialmente y su reactor fue encofrado a la espera de que transcurran 25 años para desmantelarlo.

Visitar las tripas de este lugar es una actividad que promueve ahora la empresa pública Enresa, a la que Gas Natural Fenosa traspasó la titularidad de la explotación en 2010 para que procediera al desmontaje. El hermetismo que rodea todo lo tocante a la cuestión nuclear ha desaparecido en este caso. En el interior de Zorita se ha habilitado un espacio didáctico que recibirá al público a partir de enero, en el que se explicará, entre otras cosas, el desmantelamiento de la planta, iniciado en febrero del año pasado. Está prevista la asistencia de colegios en enero y se invitará a asociaciones ecologistas, que se suman a las visitas técnicas e institucionales recibidas en los últimos meses. «No queremos que esto sea un museo, pero si hay colectivos que quieren visitarnos les daremos la oportunidad de hacerlo», explica Manuel Rodríguez Silva, director del desmantelamiento de Zorita.

Enresa, que se ocupa de la gestión de los residuos radiactivos, terminará el desmontaje dentro de cuatro años. En ese tiempo serán eliminadas del paisaje alcarreño las 104.000 toneladas de materiales. Enresa calcula que el 57% de los desechos procede de zonas radiológicas y asegura que podrán ser tratados como material convencional tras un riguroso proceso de control. La descontaminación de paredes sometidas a radiación se realiza con métodos abrasivos, por chorreo de arena a presión o con productos químicos, explica Rodríguez Silva. Las partes que no pueden ser limpiadas se tratan como elementos radiactivos, encapsulados en bidones de acero sellados con hormigón y trasladados al almacén de media y baja radiactividad de la localidad cordobesa de El Cabril.

Un equipo de unas 200 personas afronta estos días el desmantelamiento del reactor, la parte más delicada de todo el proceso, cuyo coste total asciende a 135 millones de euros.
De la vasija del reactor saldrán 400 toneladas de residuos. Y de esta cantidad al menos 40 se guardarán en el almacén temporal de Zorita a la espera de que se construya el ATC, donde quedarán depositados los residuos de alta radiactividad cuando el Gobierno decida su emplazamiento.


125 reactores parados en el mundo
De los casi 500 reactores construidos en todo el planeta se han parado unos 125. De ellos, hay doce completamente desmontados (9 en Estados Unidos y tres en Alemania) mientras que 35 están en proceso de desmantelamiento activo. Reino Unido posee más de veinte reactores apagados que serán desmontados cuando baje la radiactividad.