Recuperar la confianza por Ramón Roig

La crisis de deuda pública de las últimas semanas ha marcado el camino hacia una ineludible necesidad de moderación del déficit público. De lo contrario, los mercados de deuda pública seguirán mostrando elevadas primas de riesgo y, en consecuencia, se mantendrán las dificultades en torno a la capacidad de financiación del sector privado, lo que derivaría en un impacto significativamente adverso sobre la actividad económica. Es por ello lógico que en el mensaje de investidura del nuevo presidente se marcara la austeridad como el principal objetivo del Gobierno, ya no sólo para poder alcanzar los compromisos asumidos con las autoridades europeas, sino también como un paso obligado para poder iniciar una senda de recuperación de la economía española. Bajo un escenario en el que se estima que el déficit público de 2011 se sitúe en torno al 8,0% del PIB y el objetivo para 2012 del 4,4%, el Ejecutivo ha decidido ampliar las medidas de reducción de déficit, a la vez que hablaba de otras encaminadas a flexibilizar el mercado laboral. Los ajustes anunciados provocarán, a corto plazo, mayores dificultades económicas, lloviendo sobre mojado. Así, los datos disponibles pronostican una contracción del PIB para el último trimestre de 2011, que se podría prolongar en la primera parte de 2012, tal y como anunciaba el Banco de España en su último boletín mensual. Sin embargo, el cumplimiento del pacto de estabilidad y reducción del déficit público son elementos fundamentales para garantizar la estabilidad financiera y la recuperación de la confianza de los inversores internacionales, que permitirá reabrir los mercados de financiación, necesarios para iniciar una senda de recuperación económica y creación de empleo. La recuperación de la confianza de estos inversores se ha convertido en el objetivo prioritario e ineludible para las autoridades europeas y para el nuevo ejecutivo español.

Ramón Roig
Director de Reporting y Estudios de CatalunyaCaixa