San Fernando
El «Aliento» de «los imprescindibles»
Sevilla- Bertolt Brecht, de padre católico y madre protestante, dijo el evangelio con aquello de «hay hombres que luchan un día y son buenos, otros luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los que luchan toda la vida, y ésos son los imprescindibles». A Begoña Benjumea –Bebé–, la directora de la guardería del Vacie que gestiona la Asociación Aliento (www.asociación-aliento.es), la máxima del creador del teatro épico –como la supervivencia en el asentamiento chabolista– le viene como un guante.
La guardería acoge a 45 niños de entre cuatro meses y seis años, a los que se les facilita desayuno, almuerzo y merienda, así como lavandería. Eso, y mucho más. La guardería supone un puente entre el tercer mundo que mora en los aledaños de la capital y la vida cotidiana de cualquier niño de casi cualquier calle de Sevilla. Todos nacemos descalzos, pero hay quien pasa los años y no tiene una zapatillas para caminar.
El centro cuenta con cuatro aulas, donde se dividen los pequeños por edades. El horario es de 8:30 a 15:00 y de 16:00 a 18:30. También se ofrece apoyo escolar con el objetivo de incentivar el hábito de estudio y con la ayuda de voluntarios de colegios.
Aliento cuenta en el Vacie con tres educadoras, una pedagoga y cuatro voluntarios por día –Pili Dorado, Noelia del Prado, Maricruz Torres, Nuria Cossío o Lourdes Dávila, entre ellos– que suman 25 en total. También se asesora a las familias del Vacie para que puedan cobrar el salario social, llevando a cabo un seguimiento.
La guardería María Ángeles abrió en 1998, comenzando en una chabola. Desde hace cuatro años, está compuesta de módulos prefabricados o caracolas. La Caixa facilita a las familias unos vales mensuales de 50 euros para alimentos y otro de 50 para higiene. La asociación cuenta también con una subvención de Sevilla Solidaria por parte del Ayuntamiento, de 20.000 euros y otros 20.000 para el «Proyecto Tarde». Mantienen una ayuda aprobada por parte de la Junta de 30.000 euros, pendiente de cobrar desde hace dos años. Igual la Administración no considera estos recortes como «sociales». Los estadistas no cuentan con los votos del Vacie.
Los gastos de la guardería rondan los 85.000 euros anuales. El Banco de Alimentos abastece con productos a la guardería. La comida se almacena en la sede de la avenida de Teatinos, por seguridad. En varias ocasiones, las madres de los niños se han puesto con palos en las puertas de la caracola para evitar incidentes. La vida en el Vacie. Conviene darse un paseo de cuando en cuando. Los niños tienen poco o nada. Pero sonríen y son felices. Otra cosa es la terrible mentira del mañana, que aguarda ahí fuera.
A la llegada de los niños, se les lava, se les pone ropa limpia y se les da el desayuno, cuenta Bebé. La mayoría de la ropa procede «de las monjitas de Pagés del Corro. La comida, del Banco de Alimentos o de las propias voluntarias». A las 7:30 las voluntarias van casa por casa, chabola por chabola, recordando la obligación de llevar a los niños a la escuela infantil.
La idea de la guardería nació de la tragedia. Aliento da servicio en la cárcel de mujeres de Alcalá. Allí, su fundadora, María Ángeles Moreno –que da nombre al centro–, conoció a una presa del Vacie, que no podía dejar de llorar preguntándose qué sería de sus hijos solos en el erial anexo al cementerio de San Fernando. Un cementerio en vida junto a un camposanto de muertos.
La guardería nació en la chabola de la propia presa, en el año 98. Aliento fue sumando «cachitos», tirando de subvenciones e imaginación. Hace dos años llegaron las nuevas caracolas. Unas instalaciones dignas. La acogida de los padres fue «fenomenal», salvando que al principio «los hombres ni nos miraban». «Sacar a las personas de aquí» es el objetivo último y primero de la asociación. Aliento también ofrece talleres y asesoramiento para los padres. «De las 700 y pico personas que hay en el Vacie, unas 200 familias, 600 de ellas son gente estupenda», subraya Bebé. «Personas humildes que se dedican a la chatarra, los mercadillos, la venta de flores, la recogida de cartón». ¿Pueden llevar estas personas una vida normal?
«Saliendo de aquí, sí».
La crisis en el Vacie no es ninguna novedad. El asentamiento siempre ha estado en crisis. Se deja notar en los impagos de la Junta de Andalucía. «El Ayuntamiento, sin embargo, está al día, respondiendo al minuto», cuenta la directora, agradecida por el compromiso de la nueva Corporación –no es que antes no lo hubiera, pero ahora hay mayor implicación– y de la delegada Lola de Pablo-Blanco. «Han asumido el Vacie como suyo». Y si faltan fondos, Bebé se «echa a la calle con las voluntarias» y prepara «desfiles y actos benéficos». Por ejemplo, el embajador de EE UU, con su Hammer, llegó a visitar la guardería. Les puso en contacto con la empresa Bing, de palos de golf, y la guardería ha recibido 17.000 dólares de la empresa. «Hay mucha gente solidaria», dice Bebé. Personas impresicindibles, hay menos.
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