Minería

A dieta para salir por la chimenea

El Gobierno de Piñera ha criticado con dureza a los dueños de la mina y ha subrayado que no los ayudará económicamente.

Los mineros chilenos piden comida y cepillos de dientes
Los mineros chilenos piden comida y cepillos de dienteslarazon

Copiapó- Como si de un héroe se tratase, la última pieza de la máquina Strata 950 llegaba ayer «a lomos» de un camión, entre los vítores y los cánticos de los familiares de los 33 mineros atrapados en la mina. Ya está todo listo para ensamblar la perforadora, apodada como «Esperanza». Sin embargo, la operación de rescate es mucho más compleja. Mientras la máquina se interna en las profundidades de la mina, los equipos preparan a los mineros psicológicamente y físicamente.

Aún no se les ha dicho la fecha exacta en la que serán rescatados, aunque como mineros expertos saben que estarán semanas atrapados. En cuanto a las condiciones físicas, desde el Ministerio de Salud comentaban a LA RAZÓN que los mineros tendrán que hacer dieta y ejercicio. Algo bastante duro teniendo en cuenta que ya han perdido 8 kilos. Pero eso no será suficiente porque tendrán que llegar a tener un cintura de 70 a 90 centímetros para poder ser rescatados por el túnel.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que su mayor preocupación son las infecciones que podrían afectar a los trabajadores al vivir en condiciones tan extremas. Agregó que la dieta también se debe manejar con cuidado, para evitar que engorden y que los trabajadores deberán hacer ejercicios abdominales para no complicar el rescate.

De momento, los mineros están recibiendo suero con glucosa y alimentos concentrados que se diluyen en agua. Después de una fase de realimentación y rehidratación, recibirán alimentos ricos en proteínas y calorías. La fase de nutrición se llevará a cabo con batidos concentrados que suelen utilizar los astronáutas.

Incluso se les ha preparado una tabla de ejercicios que tendrán que realizar en los escasos dos kilómetros de espacio libre con los que cuentan a casi 1.000 metros bajo tierra.


Hombres curtidos
Linia Net lleva 20 días de vigilia en el campamento, desde que ocurrió la tragedia, durmiendo con sus hijos en una maltrecha carpa de color azul que resiste los fuertes vientos del desierto de Atacama. Su padre es Mario Gómez, de 63 años, el minero más experimentado que escribió la carta que sacaron hace tres días los equipos de rescate. Ahora, comenta, la espera es mucho más dulce, una cuenta atrás hacia el final de esta pesadilla.

«A partir de mañana [por hoy] creo que nos iremos turnando, sobre todo por los chicos. Estoy tranquilo porque sé que mi padre es un hombre curtido, pasó por muchas penurias y no se achica fácilmente. Saldrá de ésta», dice.

Por su parte, el presidente Sebastián Piñera, que participó ayer en un acto ecuménico realizado en la capilla de La Moneda para orar por los mineros, manifestó que «no van a estar con nosotros para el Bicentenario, pero sí estarán con nosotros en Navidad y Año Nuevo».


Bajo sospecha
Durante el primer contacto telefónico que mantuvo el ministro de Minería, Laurence Golborne, con los propios afectados, éstos le revelaron que tras el derrumbe trataron de huir por el conducto de ventilación, en el que supuestamente debía estar instalada una escala para emergencias. Llegaron hasta el nivel 235, pero no había cómo seguir. Luego, ese sábado, dos días después del accidente, el colapso total de la zona anuló cualquier posibilidad de escapar.

«Intentaron salir. No tenían las escalas para poder hacerlo. Recordemos que cuando ocurrió este accidente, el jueves, la chimenea de evacuación estuvo habilitada, estuvo descubierta hasta el sábado, cuando se produjo el colapso. Son más de 48 horas que, de haber tenido la escalera esa chimenea, habría permitido probablemente que ellos salieran», dijo el ministro, sin disimular su enojo.

Golborne recordó que una resolución de 2008, que autorizó la reapertura de la mina tras un accidente, ponía como requisito de seguridad la presencia de escaleras en la chimenea: «Uno ve que las condiciones para abrir eran ésas». Y agregó que la escalera no se instaló, «no por falta de plata, sino por falta de responsabilidad de la empresa minera. Ése sí es un tema serio en materia de seguridad».

Tampoco sentó nada bien entre los familiares de las víctimas el anuncio de uno de los dueños de la mina San José, Alejandro Bohn, en el que pone en duda el pago de los sueldos a los trabajadores atrapados en la mina. Golborne respondió con dureza a Bohn: calificó sus palabras de «increíbles» y adelantó que el Gobierno no irá en ayuda de la firma.


La NASA aporta su experiencia en largos encierros
El ministro de Sanidad de Chile, Jaime Manalich, anunció ayer que su Gobierno ha solicitado ayuda a la agencia espacial estadounidense (NASA) para mantener con vida a los 33 mineros mientras se realizan las labores de rescate que podrían alargarse hasta Navidad. El ministro aseguró que las condiciones de vida en las que se encuentran los trabajadores «son compatibles a las de los astronautas que pasan meses en las estaciones espaciales». Básicamente, el Gobierno de Piñera espera obtener de la NASA tecnologías que contribuyan a la movilidad de las personas atrapadas en espacios pequeños y alimentos de última generación que puedan ser transportados por los conductos habilitados para la comunicación con el refugio.



ANÁLISIS
Una minera en riesgo de quiebra
- Los mineros trabajaban sin seguro médico y tienen congelados los sueldos de agosto porque la mina está inactiva. Los abogados de la minera San Esteban (que cuenta sólo con esa explotación) advirtieron de que la empresa podría declararse en quiebra y evitar con ello el pago de indemnizaciones.

- Los empleados tendrán que solicitar ayuda a la Empresa Nacional de Minería (Enami).

- Tras el derrumbe, los trabajadores huyeron por el conducto de ventilación. La falta de escalera en la única vía de escape les impidió avanzar y sólo pudieron llegar al nivel 235.

- La instalación de esa escalera era una de las exigencias que los propietarios debieron cumplir en 2008, cuando se autorizó la reapertura, tras su clausura por un accidente en el que murieron tres trabajadores.

- Ya existen tres cordones umbilicales (de ocho centímetros de diámetro) que comunican con los mineros: el primero, para la entrega de alimentos; el segundo, para establecer comunicación, y el tercero, situado por ahora a 170 metros del refugio, servirá para mejorar el sistema de ventilación.

- Capitaneados por Luis Urzúa, jefe de turno de 54 años, los atrapados racionaron la comida: atún y melocotón en conserva, galletas y leche; también excavaron para extraer agua.