Estados Unidos
Esto sí es un milagro
Alemania encuentra, de repente, 55.000 millones y consigue que su deuda se reduzca en dos puntos del PIB. ¿Es un truco? ¿Podría suceder algo así en España?
Al cambiar la ropa de invierno por la de verano, suele ser habitual encontrar en los bolsillos papeles olvidados con números de teléfonos sin nombre, alguna lista de la compra antigua y, los días que pintan buenos, monedas; o el no va más: billetes de 10 o 20 euros. Es dinero con el que no se contaba y que sirve para salvar el día. Alemania, y después Irlanda, han elevado esa anécdota a categoría y han conseguido lo que puede considerarse, a ojos de cualquier ciudadano en crisis, un milagro superior al del pan y los peces. Han encontrado miles de millones de euros de la nada, en un simple recuento de unos datos. Alemania dice que ahora tiene 55.000 millones más. Irlanda, más humilde, «sólo» habla de 3.600.
«Lo que ha sucedido en este caso en Alemania– explica el profesor Miguel Córdoba del CEU– es que tenían provisionada esa dotación de dinero para hipotecas tóxicas del banco nacionalizado Hypo Real Estate. Pero al volver a hacer las cuentas se han dado cuenta de que esas hipotecas, en realidad, ya estaban pagadas y no hacía falta esa provisión». Buscando dinero debajo de las piedras Alemania ha descubierto un error contable que para algunos ha sido, curiosamente, más que beneficioso. En Alemania, más que expresar júbilo, han criticado las cuentas del Gobierno y comparan la situación con la economía que llevan a cabo las amas de casa, impecables en sus cuentas.
Incapacidad
Pero no es lo mismo. Las amas o amos de casa son expertos en ese tema y el problema es que muchos funcionarios no están preparados para las cuentas de los bancos llenas de hipotecas basura, CDO, CDO sintéticos, avales y demás balances que han convertido la economía en un lugar especializado, pero sobre todo, inextricable.
Los departamentos de contabilidad no distan mucho de salas con tipos delante de un ordenador, con programas de contabilidad, dando orden al caos de las cuentas de unos bancos que vivieron con éxito en el desconocimiento de lo que hacían. Los productos en los que se metieron con el éxito conocido los bancos europeos se crearon en Estados Unidos y ahora son analizados por funcionarios de Europa. Muchos de ellos los miran como si fuesen un invento del demonio (y puede que no estén muy equivocados) y apenas saben cómo manejarse ante la avalancha de datos con los que tienen que lidiar. Vivimos en la incertidumbre de no saber qué puede pasar. Por eso llegan las sorpresas: «No es un milagro ni tampoco dinero que se había perdido, simplemente es un fallo de control. Un fallo de incapacidad por parte de unos controladores que no están preparados para enfrentarse a estos elementos de la economía», continúa el profesor Córdoba, con sorna.
Es un error que sorprende por su cantidad, pero también porque ha ocurrido en Alemania, el país que tenemos como modelo de trabajo bien hecho y de precisión. El país que da la medida y órdenes al resto de Europa. Ahora se le mira con envidia totalmente insana y con evidente recelo: «Si nos queremos poner mal pensados, podemos pensar de todo», explica la profesora Isabel Rodríguez, de la Universidad de Navarra. «El sistema en el que nos movemos es muy complejo y se pueden hacer varias cosas para poder cambiar las cifras en las cuentas. Esto nos da a entender que no somos nada conscientes del dinero que se maneja en los estados. Que nuestras preocupaciones son mínimas en comparación con las cantidades que se mueven en todos lados».
En Irlanda resulta que dos ministerios habían contabilizado el mismo gasto. Así que uno de ellos lo ha descontado y es como si les hubiese tocado la lotería. Los errores contables pasan en los mejores países y en las mejores familias. Quizá podría suceder en España. Con 55.000 millones no habría necesidad de algunos recortes, cambiaría la cara, y quizá la suerte, de muchos políticos.
A lo mejor, recontando, echando números de nuevo, encontramos unos cuantos billetes en la ropa de invierno.... «No creo que suceda una cosa así en España –dice el profesor Córdoba–. Aquí hay muchas cosas que no sabemos aún. Si pasa creo que ocurriría al revés. Todo indica que aquí tendríamos que pagar».
✕
Accede a tu cuenta para comentar