España
Es de justicia por Iñaki Zaragüeta
No es un problema baladí. Al contrario. Mientras ese asunto no quede solucionado, España no es una democracia plena. Cuando algunas personas, en este caso aseguran que se acercan a las 200.000, no pueden expresarse ni vivir libremente en su tierra, o donde quieran, porque se sienten amenazadas por ETA o por cualquier tipo de presión, el Estado de Derecho no existe, la democracia presenta flancos inaceptables. Eso ha sucedido claramente en Euskadi durante demasiados años. Negarlo es eludir la realidad.
A lo que me ocupa. Aplaudo, y conmigo la mayoría de los españoles, el proyecto del Partido Popular, que es decir de Rajoy y su Gobierno, para que los vascos «exiliados» por culpa de sentirse amenazados puedan votar en las elecciones de aquella comunidad autónoma. Es el gran paso a la restauración del derecho constitucional a nivel individual, imprescindible para hablar de democracia. Las dificultades técnicas, a las que algunos tibios se refieren, no pueden ser una traba insalvable. No sería creíble. Quienes se sientan incapaces de restablecer la justicia, ahí tienen la puerta. Los españoles, especialmente los vascos, han dado sobradas muestras de sacrificio –casi mil muertos y un sinfín de extorsionados– como para merecer la convivencia en paz.
Es probable que la decisión llegue con retraso, pero vale la pena. Es verdad que, gracias a ese «agujero negro» en nuestro sistema político, el brazo político de ETA gobierna Guipúzcoa y sus representantes se encuentran en las instituciones, como también lo es que podrían ser expulsados de las mismas si la voluntad mayoritaria de los vascos, «exiliados» incluidos, así lo manifestara en las urnas. Así es la vida.
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