Un derbi a dos bandas

Todavía este lunes seguimos comentando los penaltis y expulsiones del sábado en el Bernabéu. Es lógico, pero no hay que llevarse a engaño. Un derbi es un derbi. Y el del sábado tuvo todos los ingredientes típicos de un partido de estas características. El Atlético comenzó sorprendiendo con el golazo de Adrián, pero el Madrid reaccionó y lo hizo bien y con eficacia. Es verdad que sin la espectacularidad de otras ocasiones, pero con la solvencia suficiente como para que en dos días a nadie se le ocurra poner en duda la consistencia de este Madrid de Mourinho, que sigue jugando de memoria.
Aun así, el sábado en el Bernabéu todos sabíamos que era un partido a dos bandas. El primero, en la Castellana; el segundo, en Getafe contra el Barcelona. El Madrid tenía que ganar, pero los azulgrana tenían que perder. Era la combinación perfecta, y ocurrió. Ahora, si el equipo de Mourinho gana en El Molinón, llegará al clásico con seis puntos de diferencia con el Barcelona. Y de esa manera todo será diferente. Sin presión obligada, el Madrid, hoy por hoy, es superior al Barça; y, por lo tanto, en la Liga se puede abrir un boquete demasiado grande. Este año se huele el cambio de ciclo; se percibe que en el Camp Nou se ha acabado lo que se daba y ahora la fiesta se ha trasladado al Bernabéu. Estamos en noviembre, es verdad, pero dejando al margen los entusiasmos, las cosas están cada vez más claras. Nueve puntos pueden ser una losa demasiado pesada.