Buenos Aires
La semana de Martín Prieto: Panem et circenses
En 1978 se jugaba en Argentina la Copa del Mundo de Fútbol bajo la primera Junta Militar comandada por el siniestro triunvirato formado por Jorge Rafael Videla, por mal nombre «La pantera rosa»; el sanguinario almirante Massera, alias «El negro», y el brigadier Agostti. Ya estaban empezando a desaparecer personas y las «Madres de la Plaza de Mayo» circulaban los miércoles en torno al obelisco y eran tratadas como las «locas de la Plaza de Mayo». La primera junta puso en circulación un lema para subnormales: «Los argentinos somos derechos y humanos», pero en la final contra Holanda los argentinos se alzaron con el campeonato por 3-1, claro que pasaron una semifinal contra Perú con un 7 a 0. Los peruanos cobraron un millón de dólares por cada gol que se dejaron meter, y es que entre Lima y Buenos Aires existen estrechos lazos de simpatía por el compartido odio hacia Chile. Por un corto tiempo, desaparecieron los desaparecidos. El presidente Rodríguez Zapatero ha convocado un consejo de ministros extraordinario para el próximo miércoles 16 de junio, día inhabitual, para sacar por decreto la Reforma Laboral, haciendo coincidir el «ukase» con el de nuestra selección de fútbol en el Mundial 2010 de Suráfrica. Luego vendrá el verano, crecerán los empleos temporales en el ramo de la hostelería y ganamos oxígeno hasta el próximo otoño haciendo un puente sobre aguas turbulentas.El Gobierno sabe que patronal y sindicatos no van a acordar nada enceguecidos por el abaratamiento del despido. Ningún trabajador se ha hecho rico en España por un despido improcedente tras treinta años en una empresa. Esas gabelas sólo están reservadas para los altos ejecutivos que blindan sus contratos y que tanto han influido en la bancarrota que padecemos. El menestral sigue siendo pobre con 45 o 33 días por año. Nos estamos peleando por los harapos. Lo que no se debate es algo más importante: son los convenios colectivos por empresas individuales o no sectoriales o territoriales. Una huelga general está servida porque siempre acaba pariendo la abuela. Zapatero bien podría haber resuelto esto hace dos años, pero es experto en dejar que se pudran las situaciones. Parece inspirarse en «El caudillo», que poseía dos carpetas en su mesa de despacho: una con lo que el tiempo resolvería y otra con lo que el tiempo ha resuelto, y se limitaba a pasar papeles de una a otra. Nos «manca finezza», como nos reprochaba el malvado de Giulio Andreotti, y nos sobra poco pan y demasiado circo.ELECCIONES YALa democracia no consiste en emitir un voto cada cuatro años. Existen otros canales de participación. Aunque este Gobierno, en mayoría minoritaria, desangra sus apoyos parlamentarios y queda al borde de perder sus votaciones; la matemática de la cámara impide una moción triunfante de censura. Las terminales periodísticas del PSOE insisten en que un adelanto electoral paralizaría el país durante seis meses. ¡Cuán largo me lo fiais! No es verdad. Y en todo caso, sería mejor que una parálisis cerebral que amenza con durar dos años más.
Abrir las urnas nunca ha perjudicado a nadie, pero Zapatero, que se ha vuelto esotérico, carece de valor moral para volver a pedir nuevamente el voto. Adolfo Suárez se entrevistó con Fidel Castro en La Habana y casi lo convenció para que convocora elecciones en la isla, aduciendo su propio caso de franquista que capitaneó nuestra Transición. Castro replicó: «¿Y si llamo a elecciones y las pierdo?». Pues eso.
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