Barcelona
El cine romántico español se crece
Él no lleva el pelo embadurnado en gomina y ella no viste como una mojigata. Es decir, no estamos ante un «remake» de «Grease». Pero, en el fondo, Mario Casas y María Valverde encarnan el mismo mito del amor iniciático, sólo que, esta vez, en español: «En Estados Unidos sí se han hecho este tipo de películas, pero no aquí.
Se trata de contar la historia del primer amor desde la nostalgia», explica el director Fernando González Molina. Y aquí esa nostalgia adquiere un valor fundamental, ya que hace que «Tres metros sobre el cielo» pase de ser una película de adolescentes a algo más. «Es mi visión, es decir, la de una persona de 35 años, que recuerda cómo era tener 17. No queríamos hacer una película sólo para jóvenes.
De hecho, en algunos pases de la cinta he visto a gente de cuarenta llorar. Esto no es "Mentiras y gordas", ni "Física o química", ni "Fuga de cerebros"», añade el realizador, precisamente, también director de esta última. González Molina sí se atreve con otras referencias cinematográficas para encuadrar su último filme: «"Rebeldes", de Coppola, "El diario de Noa", y, además, he querido incluir al final un pequeño homenaje a "Los puentes de Madison"».
392 copias
«Tres metros sobre el cielo», que llega a los cines el próximo viernes, es una adaptación de la primera novela del autor de best-sellers italiano Federico Moccia, aunque, según asegura el director, «es sólo fiel a su espíritu. En una película hay que ser más contundente». En este sentido, el productor Paco Ramos explica que «todo surgió cuando vi la adaptación que hicieron en Italia, aunque creo que nuestro guión le da un toque más sofisticado, no son sólo chicos guapos y peleas. Tiene su intríngulis», añade.
Como productor, Ramos cree que «la película va a tener éxito, sobre todo, por el boca a boca. Cuando entras en el cine crees que vas a ver una peli pija, superficial y cutre, y, después, sales pensando: "¡Qué bien hecha está!». Es más, uno de los aspectos en que se ha puesto especial atención es la producción: «No es una producción tan cara como aparenta», dice el realizador, a lo que el productor añade: «Nos costó cuatro millones de euros, pero parece que fue más. Además, el rodaje fue muy complicado por los exteriores filmados de noche». La ciudad elegida fue Barcelona porque «queríamos ese carácter mediterráneo que recuerda a la localización original de Roma», explica González Molina, que viajó a la Ciudad Condal con el productor hace exactamente un año (durante el puente de diciembre) para decidirse.
En un año consiguieron completar todo el proceso, aunque in extremis: «Tuvimos la primera copia el 19 de noviembre», dice Ramos. La ilusión que todo el equipo ha puesto en esta cinta ya ha dado, incluso antes de su estreno, los primeros frutos: «Estamos trabajando con la siguiente novela, "Tengo ganas de ti", en la que repetirá todo el reparto. La acción transcurre un año después y aparece un nuevo personaje femenino», termina Ramos.
«Crepúsculo» español
«Forever Young», el mítico tema de Alphaville, sonó de fondo durante el rodaje. El director, al que todo el equipo llama Fer, quería crear el clima adecuado entre los actores para llegar a la gente, su gran obsesión. «No creo que se pueda jugar con el dinero de los demás, por lo que no me importa aceptar el carácter comercial de esta película. Además, los ejercicios de estilo no son el camino que quiero seguir en mi carrera». González Molina revela incluso que «sufre cierta ansiedad por llegar al espectador, por conseguir entretenerlo». Desde luego, 392 copias con las que se va a estrenar la película este viernes en toda España se lo van a poner más fácil. La productora Mercedes Gamero corrobora el mismo concepto de la película: «Queremos conseguir el fenómeno "Crepúsculo", es decir, llegar a un público al que, normalmente, en España, no le ofrece lo que quiere ver. En definitiva, una película que pueda mirar frente a frente a cualquiera de este estilo que se hace en Estados Unidos», asegura.
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