Deseo cumplido

En uno de los capítulos de la séptima temporada de «Expediente X», los agentes Mulder y Scully se topan con un genio mitológico que lleva siglos otorgando deseos a la humanidad. En esta ocasión, le concede tres a Mulder, que pide en primer lugar la paz mundial. Y el genio, responde haciendo desaparecer al ser humano de la Tierra. Mulder, en consecuencia, decide en su segundo deseo anular el primero. Esa «hada madrina» había llegado a la conclusión de que la humanidad es egoísta y ambiciosa, y había decidido entender los deseos a su manera. A Mulder le tocaría pensarse bien su tercer deseo.
Todos deseamos alguna vez encontrar un genio. Y todos sabemos qué le pediríamos. ¿Egoístas? Tal vez. Aunque también se conceden deseos sin genio de por medio. Como el que, dicen, se acaba de cumplir para muchos norteamericanos. La muerte de Bin Laden. Celebrada en EE UU, en sus calles y todo tipo de actos públicos, pocos se han parado a pensar en las posibles consecuencias. El odio genera odio. Además, de ser cierta la noticia, Bin Laden no ha sufrido ningún castigo. Estará felizmente disfrutando del «paraíso» que promulga el Islam.
¿Crisis de valores? Desear la muerte a quien más daño nos ha hecho puede que no sea el camino de Occidente hacia esa «paz en el mundo», a no ser que sea a costa de borrarnos del mapa, como le sucedió al agente Mulder. Y ya que estamos, ¿a qué nadie adivina cuál fue su tercer deseo?