Literatura

Castilla y León

OPINIÓN: Al pan pan

La Razón
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Y al vino vino. Las cosas claras y el chocolate espeso. Así es como le gustan las cosas a La chicharra. Aunque parece que últimamente para decir algo damos, o mejor dicho, algunos dan demasiadas vueltas para expresar lo mismo. Y no es por meterme con los políticos, pero es que suelen ser ellos los primeros en iniciar este tipo de rodeos. Son los más hábiles a la hora de evitar ciertas palabras. Son los famosos eufemismos de los políticos.
Los eufemismos suelen emplearse en el leguaje políticamente correcto, ese que tan poco me gusta a mí, para atenuar la gravedad de lo que realmente se está diciendo. Yo lo llamaría políticamente cínico. ¿Creen que este tipo de lenguaje puede cambiar nuestra realidad? El lenguaje fue creado para expresar la realidad. Estos son sólo algunos ejemplos: «Minorizar el sueldo» (rebajar). «Pausa lúdica interactiva» (recreo). «Conflicto armado"(guerra). "Recorte» (Tijeretazo). «Crecimientonegativo» (pérdida). «Ajuste económico» (Tijeretazo). «Regulación de empleo» (despidos masivos). «Interrupción voluntaria del embarazo» (aborto). «Un hombre de color» (negro). «Institución correccional» (Cárcel). «Racionalización del gasto público» (Tijeretazo en Educación, Sanidad…). «Limpieza étnica», (genocidio). «Refugiados vascos» (fugitivos). Se habla en los partidos de «distintas sensibilidades en el partido» y no de (confrontación, enfrentamiento o tendencias). Estos son los «daños colaterales» de nuestros políticos para no expresar la auténtica realidad del momento.
Le siguen el juego los periodistas de partido, y los perezosos con ausencia de objetividad que se limitan a transcribir al pie de la letra el lenguaje de nuestros gobernantes. Eufemismos retorcidos que falsean la verdad. Y somos más de dos los que pensamos así.