Sevilla
Fabra ultima el nuevo código moral que aplicará el PP
Un nuevo estatuto precisa qué hacer con los corruptos
VALENCIA- Con la que está cayendo en España no está el Partido Popular para tolerar actitudes poco ejemplares entre sus filas. Esta es la línea argumental que sigue la ponencia de Estatutos y que el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha encargado al líder de los populares valencianos, Alberto Fabra.
Este documento incluye una Carta de Compromisos en el que se refuerzan diferentes ámbitos del código moral y ético que siempre han regido los fundamentos del PP, pero que no siempre se han aplicado.
Sin embargo, los populares aseguran que con los nuevos estatutos no habrá lugar a dudas. Insisten en que habrá un código de buenas prácticas que será de obligado cumplimiento y que incrementará la capacidad de la organización para actuar. Además, «delimitará de forma inequívoca los supuestos en los que se deben aplicar las sanciones previstas», según reza un borrador de esta ponencia.
Fabra, que ha redactado esta ponencia junto a la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez- Camacho y su homólogo cántabro, Ignacio Diego, afirma que los «dirigentes populares deberán demostrar la máxima ejemplaridad, rigor y exigencia» en el desempeño de sus funciones. Deberán velar siempre por su interés público y absteniéndose siempre que cualquier conducta que, «aún siendo plenamente legal, pueda dañar la imagen u honorabilidad de la organización a la que pertenecen». Esta es la filosofía que, para conocer el detalle, habrá que esperar a Sevilla.
Fabra, Sánchez- Camacho y Diego se reunieron ayer en el Senado para estudiar las 408 enmiendas que se han recibido sobre esta ponencia. De hecho, el asunto ha suscitado tanto interés entre las filas populares que ha sido la que más sugerencias ha recibido. Éstas se resolverán durante el congreso.
En la misma también se contempla un viejo compromiso. El de respetar el Pacto Antitrasfuguismo. Suscrito en 1998 y pactado su cumplimiento con el PSOE, ha sido respetado en pocas ocasiones. Ahora se reedita con la insistencia de no permitir la inclusión de tránsfugas en las listas electorales.
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