Polonia
Las vacaciones amenazan las elecciones polacas
Komorowski se verá obligado a hacer un esfuerzo para asegurar su victoria en los comicios de mañana
Lo que se prometían unas elecciones tranquilas para Bronsinaw Komorowski de cara a su reválida como presidente de Polonia pueden sufrir una tumultuosa segunda vuelta a causa, principalmente del factor estacional: las vacaciones de verano, que sirven de filtro para que los votantes con menor disponibilidad económica, menos propensos a salir del país en vacaciones, sean los que vayan seguro mañana a votar. Y estos, precisamente, son los simpatizantes del gemelo del fallecido presidente Lech Kazcynski, Jaroslaw.
Komorowski, que asumió el control del país tras la muerte de Kaczynski en accidente de avión, tendrá que incentivar al electorado de su partido, Plataforma Cívica --que cuenta con el respaldo del primer ministro, Donald Tusk-- para que acuda una vez más a las urnas en esta segunda vuelta contra el gemelo del presidente, líder del principal partido de oposición, Ley y Justicia (PIS), al que sacó una ventaja de sólo cinco puntos en la primera vuelta de los comicios.
En esta ocasión, son 11 los puntos que le distancian de su máximo rival, según los sondeos, pero en este contexto tan particular, donde "cada voto cuenta", la ventaja termina siendo desorientadora. "Desde un perfil sociológico, los votantes de la Plataforma Cívica --que son jóvenes, más ricos, urbanos-- tienen más posibilidades de irse del país por vacaciones que los votantes de Ley y Justicia", indica el analista Jacek Kucharczyk, del grupo de estudios del Instituto de Asuntos Públicos.
Los primeros carecen de la disciplina necesaria para ir a las urnas en momentos de emergencia. Con todo, el Gobierno Tusk ha intentado facilitar a sus votantes el acceso a las urnas, de ahí el establecimiento de colegios electorales en localidades del extranjero con especial afluencia de turistas polacos, como por ejemplo en la zona turística egipcia de Hurghada, o incluso, como ha llegado a plantear recientemente un diputado de la Plataforma, la creación de puntos de votación en aeropuertos, a pesar de que la participación, tradicionalmente, es mayor en la segunda ronda.
En este caso particular, cabe decir que un 55 por ciento de los polacos depositaron su papeleta en la primera vuelta, una cifra especialmente elevada. Eso es justo lo que no desea Kaczynski, según el experto de la Academia de Ciencias polaca, Artur Wolek, "pero hay tan pocos votos en juego esta vez, que lo que realmente va a contar será la participación individual". De igual modo opina Jaroslaw Flis, de la Universiad Jagieloniana de Cracovia, que considera que "menos de un millón de votos van a decir esta votación... incluso 400.000, si hay que apurar".
Participación de la izquierda
Gregorz Napieraski, líder de la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD), se ha convertido en un actor esencial en estos comicios. El 14 por ciento obtenido en la primera vuelta lo convirtieron en la sorpresa y en la posible llave maestra de cara a la elección del presidente. Cauteloso, Napieraski no ha respaldado explícitamente ninguna de las dos principales candidaturas.
Sin embargo, otros políticos de izquierdas han apoyado explícitamente a Komorowski en contra del euroescéptico y conservador Kaczynski, quien en el pasado ha dejado claro su desdén al pasado comunista del país.
"Komorowski cuenta con menos críticos entre la izquierda que su rival, y eso es una ventaja, pero debe convencer a la gente y no quedarse en casa", indicó Kucharczyk. El presidente interino tendrá que trabajar muy duro para conservar la ventaja de cinco puntos de media que le conceden los expertos.
En este contexto, incluso el clima es un factor: "Va a ser importante hasta el tiempo que va a hacer el domingo: si es soleado, muchos preferirán irse a las afueras y tomar el sol en lugar de ir a votar", según Wolek.
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