Nueva York

Los taxistas víctimas de la crisis de Irlanda

Saldrán hoy a la calle para protestar contra las medidas del Gobierno

A la falta de trabajo de los taxistas irlandeses se suma que la nueva regulación prohíbe utilizar vehículos de más de nueve años
A la falta de trabajo de los taxistas irlandeses se suma que la nueva regulación prohíbe utilizar vehículos de más de nueve añoslarazon

DUBLIN- Uno se los encuentra nada más aterrizar en el aeropuerto de Dublín. En sus caras se refleja la desesperación por las largas horas de espera. No hacen ruido, pero su situación comienza a inquietar a la sociedad y a preocupar a las autoridades. Los taxistas se han convertido en las víctimas silenciosas de la crisis de Irlanda.

Patrick ha estado parado tres horas hasta que ha hecho su primer servicio. «Todos mis compañeros están igual. ¿Ve ese parking repleto a la entrada de aquel hotel? Antes no parabas de trabajar, ahora no hay nada, sólo facturas que pagar», dice. En 1990 había 2.800 taxis en la capital irlandesa, pero con los cambios de reglamentos de concesión de licencias, el número se disparó, según Patrick, «sin control».

Su teoría, bastante extendida en la calle y en los medios de comunicación locales, no coincide con los números del organismo regulador. «Entre taxis, ‘limuosines' y otros vehículos autorizados, en Dublín hay 12.469 coches. En Nueva York hay 13.000 taxis amarillos, pero luego hay que sumar el resto de vehículos con licencia. El panorama cambia», recalca un portavoz. Para Patrick el número sigue siendo «una locura».

A la falta de trabajo, se suma además otro problema en el sector. La nueva regulación prohíbe utilizar vehículos de más de nueve años y ahora no todo el mundo se puede permitir renovar la «herramienta que da de comer». Se calcula que miles de taxistas se quedarán en el paro el próximo año.

Muchos se han visto desbordados por las circunstancias. En los últimos dos años, se han suicidado 34 conductores. «El último era muy joven, rondaba los 35 años», dice Patrick. El pasado 24 de noviembre, centenares de taxistas con lazos negros en sus antenas se concentraron ante el Departamento de Transporte para mostrar su preocupación ante las autoridades.

Según Michael Blanch, de la campaña «Por el derecho a la vida de los taxistas y a un medio de vida», tan sólo son una muestra de lo que está pasando a la sociedad irlandesa, «con depresión, emigración masiva, desempleo y pobreza».

Muchos de los conductores saldrán hoy a la calle en la manifestación convocada por los sindicatos para protestar por las medidas de austeridad del Gobierno. La marcha, que se prevé multitudinaria, supondrá la segunda cornada para el Ejecutivo.

La primera la sufrió ya ayer, con la derrota de las «by-election» de Donegal. En circunstancias normales, el Fianna Fáil, partido de Brian Cowen, habría ganado, pero el condado más pobre de la isla castigó al primer ministro dándole la victoria al Sinn Féin, el brazo político del ya desarmado IRA.

Estos comicios dejan a Cowen en una situación delicada. La débil mayoría de tres escaños que disfrutaba se convierte ahora en una agonía de tan sólo dos para poder sacar adelante los Presupuestos el próximo 7de diciembre, de los que depende el rescate de Bruselas.
 
La agencia Standard & Poor's tampoco quiso dar un respiro y ayer bajó la calificación de los bancos de Irlanda. Al Banco Anglo Irish le dejó en grado B, el equivalente a la de bonos basura.


«El chiste del queso», otra protesta
La protesta de hoy no será la única. El próximo 4 de diciembre se ha convocado otra manifestación contra lo que se ha llamado «el chiste del queso». El ministro de Agricultura, Brendan Smith, prometió este mes queso gratis para que las familias irlandesas más necesitadas pudieran pasar una Navidad agradable. El queso no aparece y a los irlandeses se les ha acabado la paciencia, por lo que tres días antes de que Cowen presente los Presupuestos para 2011, centenares de personas se concentrarán ante la sede gubernamental con un queso en sus manos para dejarlo en la puerta como signo de protesta.