Lima
Diego Carcedo: «Nunca he sido héroe ni bestia creo»
Con firma propia.Profesión: periodista y escritor. Nació: en 1940, en Cangas de Onís, Asturias. Por qué está aquí: presenta ahora el libro con el que ganó el premio Espasa de Ensayo 2011: «Entre bestias y héroes» (Espasa).
–«Entre bestias y héroes». Un ensayo sobre los españoles que plantaron cara al holocausto...
–Sí, ayudando a los judíos que huían del exterminio. Sobre todo en localidades españolas fronterizas y en las embajadas y los consulados de España en países ocupados por los nazis.
–Se ha hablado mucho de si Franco ayudó o no ayudó a los judíos...
–Hizo poco o casi nada. Lo hicieron algunos españoles enfrentándose a las autoridades franquistas o de tapadillo. Franco flexibilizó su actitud cuando vio que Hitler perdía la guerra.
–Hoy en la izquierda española se lleva más el pañuelo palestino...
–La actitud contra Israel me parece un enorme error.
–Historias de crueldad y generosidad. Le atraen esos contrastes, ¿no?
–Sí, me atraen: ahí está la realidad humana más profunda.
–Habla de la facilidad de los pueblos, si no para olvidar, sí para perdonar...
–Creo que se perdona más fácilmente que se olvida.
–¿Perdonar no lleva implícita cierta voluntad de olvido?
–Sí, pero no se produce casi nunca. Se llega, eso sí, a recordar sin odio.
–Ahora, ¿cree que ETA será capaz de pedir perdón a las víctimas?
–Tengo muchas dudas. Es fundamental que lo haga.
–Si lo hiciera, ¿cree que las víctimas serían capaces de perdonar?
–Todas, no; una gran parte, sí.
–En estos tiempos, ¿ve más bestias que héroes?
–Bastantes más bestias.
–¿Se puede ser bestia y héroe a la vez?
–Eso parece. Ahí tenemos a los fanáticos islamistas que se sacrifican matando: son bestias para unos y héroes para otros. Y así sucede con las bestias de ETA, que son aclamados como héroes en sus pueblos.
–¿Sabe qué lleva al hombre al heroísmo?
–La necesidad natural que siente de ayudar al otro. Y a veces, motivos religiosos, solidarios e imprevisibles.
–¿Y qué lleva a los hombres a convertirse en bestias?
–El fanatismo, la ambición de poder, el mesianismo.
–¿Fue alguna vez héroe?
–No, ni creo haber sido bestia. Pude haber sido una vez héroe, cuando en un terremoto en Perú, en los Andes, una pobre mujer me daba a su bebé para que lo llevara a Lima. No lo hice. Me arrepiento y me avergüenzo.
–Siete veces cae el justo, y siete veces se levanta...
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