Bilbao

Iván Fandiño: «Mi orgullo me impide torear de otra manera»

Con una naturalidad aplastante, así habla el torero Iván Fandiño unas horas después de que un toro de Los Recitales le abriera la pierna del tobillo a la rodilla. Daba igual, el diestro de Orduña, inventor de la gaonera a portagoyola lo tiene muy claro. Lo está demostrando esta temporada, su gran año, camino de colarse por derecho propio entre lo más selecto del escalafón; en el Olimpo del toreo.

 
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–No han pasado ni 24 horas del «tabacazo» que se llevó en Málaga. ¿Cómo se encuentra?
–Bien, esto no es nada. Me encuentro muy espabilado y relajado. Pasé la noche sin fiebre ni inflamación, sólo con los dolores propios de una zona con hueso. Era muy consciente de lo que estaba haciendo.

–Además de muy astifino, tuvo un toro complicado y áspero.
–Sí, sabía que el toro no tenía nada dentro. No valía, siempre tiraba un cabezazo muy molesto y estaba en movimiento, pero orientado, buscando para coger. Por eso, ya digo que la cornada podía llegar, estaba mentalizado para ello. Pero, lo siento, no sé torear de otra manera. No me sale tirar por la calle de en medio e ir a pos la espada. Mi orgullo torero me lo impide. Sea un pueblo, sea Madrid o una portátil. El toreo me brota así, entregado y muy de verdad.

–¿Qué recuerda de la cogida?
–Ya me había avisado unas cuantas veces con ese tornillazo en cada pase y mirando, sin clase alguna. Di el paso adelante de ponerle la muleta al natural y después de los cabezazos, me quedé clavado para ligarle el de pecho y se me vino muy encima, porque se quedaba muy corto desde el inicio de faena.

–Pasó una eternidad entre sus pitones, momentos angustiosos...
–Me levantó, me metió una paliza en el suelo y me volvió a izar del pitón con mucha saña. Cuando te pones ahí sabes que las cornadas son parte del juego, así que lo único que se puede hacer es lo que hice, taparme la cara y el cuerpo para que no me tocara ningún órgano vital.

–Las imágenes que se vieron con la pierna rajada de par en par y el hueso de la tibia al aire fueron escalofriantes, ¿se vio la herida camino de la enfermería?
–Sí, me di cuenta de que la cornada era fuerte por el destrozo y porque la pierna sangraba mucho, al ser tan extensa no sabían por donde taparme la herida... Por suerte, no ha pasado de seccionar la safena por la rodilla –que a esa altura lleva ya poco riego– y de los destrozos musculares. Es relativamente limpia.

–Hasta se ha empeñado en hacer el paseíllo el próximo viernes en Bilbao... ¿Le van a dejar?
–Los médicos me han dicho que deberían pasar 15 días mínimo para pensar en torear. Pero, conociéndome, sé que será alguno menos. Hoy ya pienso levantarme de la cama y apoyar la pierna. No me lo ha prohibido el médico, sabe que somos muy cabezones y teme que lo haga igualmente en cuanto salga de la habitación. Es cierto que toreo en casa, es la primera vez que voy destacado y me hacía mucha ilusión, pero tampoco haré locuras, porque estoy en Bilbao y debo ir con ciertas garantías. No a la ligera. También me daría rabia perderme el festejo aniversario de San Sebastián de los Reyes matando mis primeros «victorinos».

–Un frenazo a una gran campaña. ¿Qué ha cambiado en Fandiño?
–Muchas cosas. Es un cúmulo de todas ellas. Ya no soy un niño que empieza, soy un hombre. Estoy asentado y tengo un poso. El tiempo matando corridas complicadas tiene que notarse, porque son toros duros, pero agradecidos. Ahora también estoy toreando con mayor frecuencia, lo que ayuda en la continuidad y, sobre todo, la confianza.

–Con usted se cumple aquello de que Madrid es un trampolín.
–Las Ventas ha sido el centro de todo. El punto de partida. Demostré que se debe contar conmigo y que mi nombre tiene un hueco en las ferias importantes. Cada tarde a su estilo, fue muy especial: un «Carriquiri» fue muy exigente; la de El Montecillo me permitió torear muy despacio, templado; y la de Cuadri fue la mejor, la más completa.

–¿Volverá en la Feria de Otoño?
–Posiblemente, estamos negociando y va por buen camino. ¿Mano a mano con David Mora y toros de Adolfo Martín? Puede ser, es una de las opciones que se barajan, pero hay otras dos ganaderías. Lo importante es ir y tengo muchas ganas.


Castilla La Mancha protege los toros
El Gobierno de Castilla-La Mancha anunció que está en trámite el expediente para la declaración de la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural en la región manchega, una medida que María Dolores de Cospedal anunció en su debate de investidura. El Consejero de Educación, Cultura y Deportes, Manuel Marín, comunicó además que la actividad taurina genera al año en la región entre 250 y 300 millones de euros, y que, según un informe del anterior gobierno de Barreda, el 89 por ciento de los manchegos consideran que la Fiesta tiene un arraigo cultural en su comunidad. De esta forma, el Gobierno de Cospedal sigue los pasos de otras comunidades como Madrid y Murcia, que también han blindado los festejos taurinos, quedando protegidos tanto económica como legalmente. Hasta que se apruebe la declaración, la fiesta quedará blindada cautelarmente.