Impuesto de Sociedades

A vueltas con el debate de los impuestos por César VIDAL

La Razón
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Ya es bastante desgracia que un candidato electoral sea grabado emitiendo opiniones poco elegantes. Aún peor es que sus palabras muestren una escasa correlación con la realidad. Las palabras de Mitt Romney –«el cuarenta y siete por ciento de los americanos no paga el Income Tax»– iban vinculadas a una serie de afirmaciones inquietantes: «De manera que nuestro mensaje de bajos impuestos no conecta. Mi trabajo es no preocuparme por esa gente. Nunca los convenceré para que asuman una responsabilidad personal y cuiden de sus vidas». El planteamiento del candidato presidencial republicano era claro.

El 47% de los americanos no paga el Income Tax –un equivalente al impuesto sobre la renta de las personas físicas español– y, por lo tanto, la idea de rebajar sus impuestos no tendría sentido para ellos. Pero, ¿qué hay de verdadero en esas afirmaciones? Es cierto que el 46,4% de los hogares norteamericanos no pagó el Income Tax en 2011. Ahí Romney tenía razón, pero erraba gravemente en las causas. En primer lugar, el porcentaje de ciudadanos que no ha pagado este impuesto es muy alto debido en no escasa medida a la crisis económica y a la recuperación lenta. De hecho, cuando la economía iba bien, en 2007, sólo un 40% de los hogares familiares no pagó el Income Tax.

Sin embargo, esta circunstancia no significa que los que no pagan el Income Tax sean un hatajo de vagos e irresponsables como Romney afirma. A decir verdad, la mayoría pertenece al grupo de los ancianos o pagan otros impuestos de carácter nacional. Por ejemplo, un 60% de los que no pagan el Income Tax trabajan y pagan los impuestos correspondientes a la seguridad social y al Medicare. Si no pagan Income Tax es porque no llegan al mínimo exento. A éstos se añade un 22% que no pagan, pero porque son jubilados. Al final, sólo un 7,9% no paga ningún impuesto nacional, pero, por regla general, es porque son desempleados, tienen alguna minusvalía, son estudiantes o, sencillamente, son muy pobres.

En cualquier caso, se trata de categorías que, per se, no implican irresponsabilidad o haraganería. Pero, por si fuera poco, muchos de los trabajadores con bajos ingresos que no pagan impuestos se lo deben precisamente a recortes de impuestos impulsados por los republicanos. Es lo que sucede con un número bastante elevado de los ancianos –aunque no todos – o los trabajadores con hijos y bajos ingresos que se benefician del Earned Income Tax Credit o del Child Tax Credit. Ciertamente, se benefician de recortes fiscales, pero es dudoso que se les pueda calificar de vagos o irresponsables.

Por añadidura, los ciudadanos pagan los impuestos locales y los de cada estado, que son más elevados y estadísticamente resulta innegable que, a lo largo de su vida, la aplastante mayoría de los norteamericanos acaba pagando el éste y otros impuestos de alcance nacional.

Como el ex presidente George W. Bush pudo decir en 2004 cuando sacó a cinco millones de contribuyentes de las listas del Income Tax: «No pensé que estaba creando un ejército de votantes de Obama. Pensé que era una buena política». Seguramente lo era. Sin embargo, a estas alturas es difícil determinar si Romney no sabe lo que dice o dice cualquier cosa con tal de salirse con la suya. En ambos casos, no se trata de una buena recomendación para alguien que desea llegar a la Casa Blanca.

 

 Enviado especial a las elecciones de Estados Unidos