Europa

Convenios colectivos

Los puentes le salen a España a precio de oro

La economía ahorraría 24.150 millones si se trasladaran los festivos al viernes o al lunes. La CEOE abordará la propuesta en noviembre

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Madrid-España padece la desconfianza de los mercados. Y la precampaña electoral y el arranque del nuevo Gobierno deben, más que nunca, arrojar credibilidad en un escenario en el que se deterioran las perspectivas económicas. Por eso, las propuestas de los empresarios, cuyo papel es clave para la creación de empleo, deben tener eco de cara a la inexorable reforma del mercado laboral. Así, la CEOE ha desempolvado sus tradicionales reivindicaciones en un momento en el que deben sonar los remedios para que España levante el vuelo.

En este escenario es en el que la patronal de los empresarios ultima un informe sobre la racionalización de los días festivos del calendario laboral, es decir, la posibilidad de que aquellos que caigan entre semana se trasladen a un lunes o a un viernes. No se incluyó en el paquete de propuestas que lanzaron los empresarios como aviso a navegantes y para quien se siente en la Moncloa a partir del 20-N, pero está previsto que se aborde en una junta directiva de la CEOE este mes de noviembre. Los cálculos que manejan no son desdeñables pese a que se basan en el coste de un día de cierre, como sucede en una huelga general y, por tanto, en una falta al trabajo de distinta naturaleza.

Un informe interno de la patronal apunta a que el «privilegio» de cada puente o «acueducto» le puede costar a la economía española cerca de 4.830 millones de euros. La friolera de un 0,45% del PIB. Con la lupa puesta en el almanaque de 2012, vistos los nueve festivos que oficializa el BOE, son cinco los días que caen en martes, miércoles o jueves. Si las administraciones decidieran moverlos a un lunes o viernes, el ahorro para la economía alcanzaría los 24.150 millones de euros.

El vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, Jesús Terciado, confirma que la regularización de los festivos, «pese a no ser un tema urgente, será un punto de debate con el nuevo Gobierno y los sindicatos, aunque no se presentará la propuesta a las organizaciones sindicales hasta que se defina el informe y sea aprobado por la junta directiva de la CEOE». Señaló así que «no se trata de perder los festivos, sino de que se celebren en lunes, con lo que los trabajadores se beneficiarían de tres días seguidos, pero se evitarían riesgos o parones en el sector de la industria y se reduciría el absentismo laboral».

Un diálogo fluido
Según Terciado, «Valeriano Gómez avaló la propuesta, la mayor parte del sector hostelero se muestra conforme y, aunque los sindicatos han puesto algún reparo, la medida tiene el camino abierto». Además, «las relaciones con las organizaciones sindicales no han llegado a ser hostiles y el diálogo sigue siendo fluido». Fuentes cercanas a CC OO valoraron la propuesta que planea la CEOE y aseguraron que «están dispuestos a dialogar».

En cualquier caso, la cuadratura del círculo no es fácil, sobre todo cuando la patronal reconoce que se requiere un «respeto absoluto a las creencias religiosas mayoritarias, así como a la división territorial del Estado español, que consagra la Constitución Española». No obstante, fuentes cercanas a la patronal inciden en que los festivos fijados no han tenido en cuenta «el impacto negativo en la economía de un día hábil intercalado entre festivos». Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados, opina que la idea es «bienvenida», aunque recuerda que, para llevarse a cabo, «exige el acuerdo del Estado, las autonomías y entidades locales». Para Fernando Eguidazu, vicepresidente del Círculo de Empresarios, «no es la gran solución, pero muchas cosas pequeñas consiguen que se reforme el mercado laboral. Hay que decirle al país que somos más pobres, que tenemos una deuda tremenda y que hay que ser más productivos. No significa, necesariamente, trabajar más horas».

Según Juan Velarde, consejero del Tribunal de Cuentas, el asunto es «nimio» y lo esencial es «la reforma del mercado laboral, que debe centrarse en cambiar los convenios colectivos sindicales». Dedujo, en este punto, que «los sindicatos están buscando un poder político importante y, a día de hoy, no reaccionan pensando en el futuro y las ventajas de los obreros. Lo que todos los economistas sabemos es que determinadas medidas que engendran inflación, como la subida de salarios, suponen más paro».