Londres
El experto que acusó a Blair de mentir sobre las armas de Irak se suicidó
El forense encargado de inspeccionar los restos mortales del fallecido inspector de armamento David Kelly, quien acusó en 2003 al entonces primer ministro Tony Blair de manipular los informes sobre la presunta existencia de armas de destrucción masiva en Irak, ha asegurado este domingo que el suicidio fue, sin ningún género de duda, la causa de la muerte del experto.
En su primera comparecencia ente los medios de comunicación, Nicholas Hunt declaró que el suicidio de Kelly, hallado muerto en julio de 2003 cerca de su domicilio de Oxfordshire, "es de libro de texto". "Un absoluto caso clásico de herida autoinfligida", manifestó el patólogo, quien no obstante lamentó profundamente el fallecimiento del que era considerado el principal especialista sobre el terreno en la investigación sobre la supuesta presencia de armas de destrucción masiva en el país árabe.
"Estaba muy, muy, muy triste por David y por la forma en la que había sido tratado por el Gobierno", declaró Hunt al diario británico 'The Sunday Times', rememorando la larga autopsia de ocho horas que tuvo que efectuar. "Yo tenía todos los motivos del mundo para buscar alguna irregularidad (en el cuerpo de Kelly), y de verdad que me habría encantado encontrar algo", manifestó.
No obstante, las conclusiones de la autopsia resultaron ser irrebatibles. "Si alguien hubiera hallado algo raro, le sugeriría que aprendiera mejor el oficio. No me importaría que me interrogaran al respecto, no tengo nada que esconder", aseveró.
La autopsia fue realizada después de que un grupo de expertos solicitara a principios de este mes una investigación completa sobre la muerte de Kelly, el hombre que fue revelado como la fuente de una noticia divulgada por la BBC en la que se acusaba al Gobierno de xagerar enormemente la capacidad ofensiva del Ejército del dictador iraquí Sadam Husein, del que se llegó a asegurar que podría desplegar armas de destrucción masiva en menos de 45 minutos.
Pero ni las pruebas de ADN ni un examen integral del cuerpo de Kelly dan a entender que hubiera sido asesinado o que siquiera alguien hubiera cambiado el cadáver de sitio, como aseguraban los críticos de la investigación inicial del Gobierno. La causa de la muerte fue por una pérdida de sangre -causada por las incisiones que se hizo en su muñeca con un cuchillo-, una severa enfermedad cardíaca y en última instancia, por una sobredosis de analgésicos.
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