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Un respeto a los ciudadanos por Carlos Rodríguez Braun

La Razón
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En medio de las habituales y cansinas disputas en torno al «éxito» de la huelga, reclamemos un poco de respeto a los ciudadanos, que sufren y pagan esta juerga bochornosa, y a los que nadie presta atención. La principal queja, por supuesto, se dirige a los sindicatos, que una vez más han demostrado estar en las antípodas de la clase trabajadora. En primer lugar, porque no pueden conseguir el «éxito» si no quebrantan más o menos descaradamente los derechos de los trabajadores/as, porque se ha vuelto a comprobar que el pueblo da la espalda a sus supuestos representantes sindicales: a pesar de todo el matonismo de éstos, acudió a su puesto de trabajo. En segundo lugar, porque insultan a los trabajadores con proclamas totalitarias como que «el derecho de huelga prevalece sobre el derecho al trabajo», que sirve para justificar cualquier intimidación. Y en tercer lugar, porque persisten en fastidiar a los ciudadanos reclamando que se recorten aún más sus derechos y libertades, y para eso protestan contra un gobierno que lo está haciendo, porque sube los impuestos con la excusa de que protege el Estado del Bienestar, que es lo mismo que los sindicalistas quieren. La falta de respeto al ciudadano también atañe al PSOE, que protesta ante una realidad de la que es en buena medida responsable, y actúa como si entre 2004 y 2011 aquí hubiese gobernado la Madre Teresa de Calcuta. Dirá usted: bueno, al menos Barbie y sus secuaces respetan a los ciudadanos. No sé yo. Declaró el Gobierno que la jornada transcurrió «sin grandes alteraciones», pero a media tarde había 82 detenidos y 34 heridos, 18 de ellos policías; y todo el mundo sabe que no hay «éxito» de huelga si no hay violencia. El ministro de Economía añadió: «La huelga no es el camino adecuado para reducir la incertidumbre. El plan del Gobierno es la única alternativa». Es tan obvio y verdadero lo primero como falso y afrentoso lo segundo.