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La UE prevé que la economía española crecerá sólo el 08%

El pinchazo del ladrillo y una demanda interna que no termina de coger fuerza lastran el despegue del Producto Interior Bruto (PIB) español, que crecerá un 0,8% este año. Ésta es la previsión que presentó ayer la Comisión Europea, que se queda muy por detrás del 1,3% adelantado por el Gobierno, aunque una décima superior a las previsiones de noviembre.

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Poca novedad, por otra parte, porque las cifras de Madrid y Bruselas acostumbran a ser considerablemente diferentes, aunque siempre son los servicios de la Comisión los que terminan por ajustar sus cifras a las dadas por el Ministerio de Economía.

Con este crecimiento, nuestro país se quedará a la cola del resto de las principales economías de Europa, que volverán a estar lideradas por Alemania. Los países que comparten el euro crecerán a un ritmo del 1,6%, mientras que el del conjunto de la UE será de un 1,8%. Tras una segunda mitad de 2010 donde el crecimiento se ralentizó, la salida de la Gran Recesión volverá a coger impulso gracias a la robustez de la locomotora germana, que crecerá un 2,4%.

«La recuperación ganará terreno este año», indicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, durante la presentación de las previsiones en Bruselas. El finlandés volvió a elogiar las decisiones «sustanciales y audaces» tomadas por el Gobierno español, como la consolidación fiscal, las medidas estructurales y la reforma bancaria, aún insuficientes para que España abandone el vagón de cola. En el lado positivo, la sólida recuperación de los países emergentes y el efecto positivo de la salida alemana beneficiarán a las exportaciones españolas este año, que crecerán más de lo previsto, según la Comisión.

Esta recuperación, que empieza a ganar velocidad de crucero en Europa, y que todavía despega en el caso español, tiene que atravesar aún una zona de nubarrones. El Ejecutivo comunitario advierte de las tensiones en los mercados financieros, que pueden volver a disparar el coste del endeudamiento de los países. Al frente económico se une el vendaval político que llega desde el Norte de África, ya que las revueltas democráticas de la región «podrían tener un impacto significativo en las perspectivas económicas», según reconoció Rehn. «Estamos viviendo en un clima de gran incertidumbre», añadió el comisario, lo que ya ha disparado el precio del barril hasta los 110 dólares. El aumento del crudo por la inestabilidad en los países árabes, unido a la escalada de precios de los alimentos, ha disparado las previsiones de la inflación hasta el 2,2% para 2011.