Bruselas

Ecologistas y armadores califican de éxito el caótico voto sobre tiburones

Tanto los ecologistas como los armadores europeos, defensores de argumentos opuestos, valoran el resultado de la votación, ayer, en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo (PE) de cambios legislativos para proteger a los tiburones, un voto que incurrió en "contradicciones", dijeron hoy a Efe fuentes del PE.

El informe, de la diputada portuguesa Maria do Céu Patrao (Partido Popular Europeo), fue aprobado por 11 votos a favor, 10 en contra y ninguna abstención.

El objetivo de los cambios propuestos por Bruselas es prohibir sin excepciones el llamado "finning", que consiste en cortar las aletas de los tiburones, muy solicitadas en el mercado asiático, y arrojar al mar el resto del cuerpo del animal, de menos valor comercial.

Los pescadores europeos, en particular las flotas de España y Portugal que son las que capturan esa especie, aseguran que aunque cortan las aletas para aprovechar mejor el espacio en los barcos, no incurren en finning, prohibido en la UE desde hace años.

En la votación de ayer, los eurodiputados apoyaron la eliminación del artículo que prevé excepciones a la prohibición del cercenamiento de aletas en los barcos pero, por otro lado, aprobaron una enmienda que permite cortar totalmente las aletas en los buques.

"Se permite la utilización de los permisos especiales, se permite cercenar a bordo, pero todas las otras medidas que a nosotros nos iban a suponer un coste, pero que habíamos asumido, de mayor control etcétera, desaparecen", dijo a la prensa el presidente de la patronal Europêche, Javier Garat, que calificó de "incoherencia tremenda"lo ocurrido.

"En la práctica, nuestra flota podría seguir utilizando los permisos especiales", indicó Garat.

La Confederación Española de Pesca (Cepesca) valoró, en un comunicado, que los europarlamentarios hayan apoyado el mantenimiento del corte de aletas de tiburón a bordo de la flota palangrera-congeladora, que "realiza un aprovechamiento integral"de las capturas de las especies que pesca (la tintorera y el marrajo).

La organización ecologista Oceana saludó, por su parte, la decisión de los eurodiputados de "apoyar la prohibición estricta del finning de tiburón en aguas de la UE y a barcos de la UE en todo el mundo".

"Estamos muy satisfechos de que la Comisión (del PE) haya aprovechado la oportunidad de rectificar un problema que se lleva arrastrando tanto tiempo", dijo Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa.

El eurodiputado catalán Raúl Romeva (ICV) reconoció que el voto de ayer arrojó un resultado "contradictorio", pero explicó que muchos diputados votaron a favor del informe porque, de otra manera, se hubiera producido la paralización del proceso destinado a modificar la legislación.

Romeva valoró que siga adelante el proceso iniciado a nivel comunitario para introducir cambios legislativos en favor de una prohibición total de la amputación de las aletas de tiburones a bordo de los buques, explicó hoy a Efe.

El diputado señaló que la Eurocámara tendrá que librar "una dura batalla"en el pleno para lograr que la normativa prohíba con carácter definitivo los permisos especiales admitidos hoy en día y defendidos por los armadores como medida para aprovechar al máximo el almacenamiento en los barcos.

Por su parte, fuentes del PE explicaron que aunque el sentido del voto de ayer pretendía "endurecer"la prohibición de cercenar las aletas de los tiburones, las contradicciones aprobadas harán necesario trabajar en nuevas enmiendas, de cara al voto del pleno, que se producirá previsiblemente en 2013.

La UE prohíbe desde 2003 la amputación de las aletas de tiburón, pero Bruselas considera que el sistema actual dificulta el control y el cumplimiento de las normas.

La propuesta de Bruselas pretende eliminar las autorizaciones que se otorgan a los buques comunitarios para poder descargar por separado las aletas y los cuerpos de los tiburones, con el argumento de que es la única forma de garantizar que no se practica el "finning".

Lo cierto es que esta práctica se prohibió a petición de la propia flota, que asegura no llevarla a cabo, ya que comercializa todas las partes del tiburón.