Arquitectura
Vivienda triangular «low cost» a 25º C todo el año
La actriz de cine y teatro que participó en películas como «Tacones lejanos» o «Todos los hombres sois iguales» disfruta de una casa sostenible con una parte semienterrada y cuya orientación se traduce en un irrisorio gasto en climatización
El refugio de la actriz Paula Soldevila es un ejemplo de cómo se puede conseguir una casa sostenible con un bajo presupuesto. El secreto, nos lo dice ella misma, es el diseño y la orientación de la casa. Una placa solar procura agua caliente y la climatización adecuada a cada estación depende al cien por cien de ventanales al sur para aprovechar la luz con puertas correderas para evitar el calor en verano, hileras estrechas al norte para refrigerar en verano, rejillas que conectan las dos plantas para mantener estable la temperatura, los menos muros posibles y una cubierta vegetal, además de una chimenea en el salón.
La clave está en la forma de la casa: un triángulo, con el vértice que apunta al norte, donde se ha situado la entrada a la vivienda, una puerta estrecha, también en forma de triángulo, que se ensancha una vez se entra, dando una sensación de gran amplitud y que, técnicamente, impide que el frío entre en la casa en los meses de invierno o el calor en verano.
Según su arquitecto, Luis de Garrido, por «el hecho de ser triangular se aprovecha al máximo el espacio y logra una gran eficiencia energética. Al colocar la fachada principal al sur, la luz llega a todos los rincones de la casa». En cuanto al calor, dice que la chimenea es más decorativa que otra cosa y asegura que la casa «va a estar entre 25 y 27 grados todo el año» y que sólo en días puntuales se necesitará un refuerzo de calefacción.
Soldevila, actriz de teatro con una compañía propia junto a la también actriz Kiti Mánver, afirma que «buscaba un tipo de construcción que no fuera agresiva con el medio ambiente y sí sostenible económicamente».
Como novedad en la distribución, al situarse el terreno en desnivel, la casa está medio enterrada y se entra por la planta de arriba, donde están el salón, la cocina, un baño y una pequeña terraza. Todo, menos el baño, es un espacio diáfano sin puertas que da a unos grandes ventanales con puertas correderas con las que jugar con la luz en verano. La zona de los dormitorios se encuentra en la planta baja, con salida directa al jardín. «No creo que una casa te dé la felicidad, pero siempre que vivas más a favor de la naturaleza te beneficias del sol y de un tipo de confort que hemos olvidado».
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