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Mueren 30 combatientes junto al máximo líder del principal grupo de Darfur

El Ejército de Sudán mató anoche al dirigente rebelde Jalil Ibrahim, máximo líder del principal grupo insurgente de Darfur, el Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI), en la región sudanesa de Kordofán.

En declaraciones a la televisión oficial, el portavoz de las Fuerzas Armadas sudanesas, Al Sauarmi al Jaed Saad, anunció que "el Ejército logró matar al rebelde Jalil en un combate que se libró en el oeste de Wed Banda en la provincia de Kordofán del Norte", vecina a Darfur, en el oeste del país.

Ibrahim, de 54 años, se dirigía a la República de Sudán del Sur cuando su convoy fue interceptado por los soldados, que lo habían seguido gracias a las informaciones proporcionadas por los habitantes de la zona, que alertaron de su presencia en Wed Banda, explicó el portavoz castrense.

Al menos 30 combatientes del MJI fallecieron junto a su máximo líder en los enfrentamientos desencadenados poco después y que prosiguieron en la zona durante la jornada de hoy.

En declaraciones a Efe, el hermano del líder rebelde, Yibril Ibrahim, responsable de Relaciones Exteriores del MJI, confirmó la muerte de Jalil pero se limitó a señalar que fue asesinado en choques en la provincia de Kordofán del Norte, sin dar más detalles.

El hermano consideró que aún es prematuro hablar de la elección de un sustituto de Jalil, al frente del MJI.

Con la muerte de Ibrahim, que era médico de profesión, desaparece uno de los principales enemigos del régimen de Omar Hasan al Bachir.

El ministro sudanés de Información, Abdalá Ali Masar, consideró este hecho como "una victoria del Gobierno sudanés y el comienzo del fin de los rebeldes de Darfur".

Fundador del MJI, Jalil comenzó la lucha armada contra el régimen de Jartum en febrero de 2003, junto al Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), liderado por Abdelwahid Nur, en protesta por la pobreza y la marginación que sufrían los habitantes de Darfur.

En mayo de 2008 lanzó una ofensiva contra Omdurman, sector oeste de Jartum, en la que murieron 255 insurgentes y 77 miembros de los cuerpos de seguridad. Tras ese ataque, decenas de los combatientes del MJI fueron condenados a muerte, incluidos dos de los hermanos de Ibrahim.

Después de la ofensiva, el MJI tomó parte en negociaciones de paz, auspiciadas por Catar, y firmó dos memorandos de entendimiento con el Gobierno sudanés, pero suspendió su participación en las conversaciones al considerar que era inútil negociar con el régimen, al que acusó de mantener una actitud inflexible.

En mayo de 2010, Jartum pidió a la Interpol (policía internacional) la detención de Ibrahim por el ataque de 2008 contra Omdurman, mientras que las autoridades de Chad le retiraron el apoyo que le habían dado hasta ese momento al saldar sus diferencias con el Gobierno de Sudán.

Ambos Estados había roto sus relaciones por la ofensiva de Jartum, de la que Bachir responsabilizó a Yamena por su apoyo a Ibrahim, emparentado con el presidente chadiano, Idris Deby.

Los dos países firmaron un acuerdo de normalización de relaciones en enero de 2010 en el que se comprometieron a no apoyar a movimientos armados opositores del otro Estado.

Así, cuando Ibrahim intentó entrar a Darfur a través de Chad en mayo de 2010, tras un viaje a Egipto, las autoridades chadianas se lo impidieron y tuvo que refugiarse en Trípoli, protegido por el coronel Muamar el Gadafi.

Después de más de un año en Libia, Ibrahim pudo regresar a Darfur el 11 de septiembre pasado tras un llamamiento del MJI a la comunidad internacional para que salvara a su líder después de que Gadafi huyera de Trípoli por el avance de los revolucionarios libios.

Mientras, el conflicto de Darfur deja ya más de 300.000 muertos y 2,7 millones de desplazados, según datos de la ONU.