Mascotas
Un cachondeo
Una ley que protege a los menores delincuentes y no hace justicia con los menores asesinados no es una ley, es un cachondeo. Y los menores lo saben. Saben que al no haber cumplido los 16 años, si matan a una compañera de clase como fue el caso de la niña Cristina Martín de 13 años asesinada en Seseña por otra menor de 14 años, estarán exentos de toda responsabilidad criminal según el Código Penal.
Saben que en el hipotético caso de ser declarados culpables, serán internados en un centro especial hasta cumplir los 18 y de ahí al correccional hasta los 21, que quedarán en libertad y sin antecedentes penales.
Responsabilidades
Y ahí tenemos a «El Rafita», asesino de Sandra Palo, de rositas mientras su víctima lleva enterrada más de ocho años. Y ahí tenemos los andares chulescos e irreverentes de «El Cuco» que sabe que la ley más que protegerle –algo que no hizo con Marta del Castillo– casi le inhibe de responsabilidades. Bonito, ¿verdad?
Esta ley cobarde envalentona a los asesinos. Ahí tenemos también a los políticos, de campaña, debatiendo quién es más honrado y quién debe ponerse fundas en los dientes sin importarles lo más mínimo la funesta de ley del menor que elaboraron. Hasta que un día, el menor asesinado por otro menor sea uno de sus hijos… Entonces quizá reaccionen. Tarde, como siempre.
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