París
Hollande hace balance en su primer «14 de julio»
Repasa sus dos meses en el Elíseo, justo cuando su popularidad empieza a caer
parís- Con la crisis económica como telón de fondo, François Hollande quiso ayer imprimir a su primer «14 de julio» como máximo dirigente de Francia los tintes de su tan aclamada «presidencia normal». Esto es, una sobria ceremonia para el tradicional desfile militar por los Campos Elíseos, por donde marcharon cerca de 5.000 efectivos de las fuerzas armadas y de la seguridad civil, y nada de recepciones mundanas para festejar el Día de la Fiesta Nacional. Nicolas Sarkozy fue el primero en proscribir la celebrada «garden party» en los jardines del Elíseo y el socialista ha seguido sus pasos. Aunque para desmarcarse, una vez más, del estilo de su antecesor, Hollande volvió a resucitar la clásica entrevista al jefe del Estado que inauguró en su momento Valéry Giscard D'Estaing. Una buena ocasión para hacer balance tras dos meses a los mandos de Francia y una cuota popularidad que, aunque todavía alta, comienza a perder puntos. El realismo económico ha acabado imponiéndose y en el horizonte pueden ya vislumbrarse medidas que, aunque ni el presidente ni su Ejecutivo quieren llamar por su nombre, llevan la etiqueta de la austeridad. Para cumplir este año los objetivos de reducción de déficit, París necesita ahorrar 12.000 millones de euros más y para 2013 el ajuste presupuestario asciende a 33.000 millones. Pero Hollande se niega a hablar de rigor. «En mi boca sólo habrá una palabra acorde con lo que quiero hacer: esfuerzo justo», dijo ayer durante la entrevista. Sin embargo, Hollande se cuidó de anunciar nuevos impuestos, más allá de evocar el tramo impositivo del 75 % para quienes ganen más de un millón de euros por año y otras propuestas de su programa electoral. A nivel europeo, el socialista galo admite sentirse «un poco solo» rodeado de líderes conservadores, pero se enorgullece de haber sido el paladín de las políticas de crecimiento. Por otra parte, Hollande apeló ayer al espíritu de la selección española de fútbol y aseguró que «España no está bien económicamente, pero los resultados de su equipo nacional le hacen bien (...). Cuando se lleva la camiseta de la Selección de Francia, hay que estar sublimado. Miren a los militares que han desfilado».
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