Un presupuesto sin ayudas

A la espera de una respuesta de Moncloa, el Ayuntamiento de Madrid preparó dos presupuestos para el caso de que Zapatero aceptara la propuesta y para el de que la rechazara. Puesto que sólo hay una petición del documento –la subrogación de la deuda de Calle 30 a la del consistorio madrileño– que «será estudiada» por los técnicos del Ministerio de Hacienda, las cuentas que se presentarán la semana que viene serán directamente las del «no» total. Con todo, el Área de Hacienda, que dirige el delegado, Juan Bravo, ha equilibrado gastos e ingresos independientemente de la opción de Zapatero. Tanto si contaban con la refinanciación del 80 por ciento de la deuda que vence a 31 de diciembre de 2010 –235 millones de euros– como si no, el Consistorio tiene las cuadradas las cuentas con una disminución de entre el 8 y el 9 por ciento respecto al presupuesto de 2010. Así, el Ayuntamiento cubrirá el «agujero» de los 257 millones que debe de pagar al banco con otras operaciones contables que no se incluían en el presupuesto positivo, sino que se calculaban como un ingreso extraordinario que iría directo a la «caja» municipal.

Las cuentas de 2011 son todavía más austeras que en los dos ejercicios anteriores. Todas las áreas de Gobierno recortarán sus partidas, sin excepción. Incluso los servicios sociales que, pese a que no eliminan ninguna prestación básica, suprimen los 18 millones que se destinaban a la cooperación al desarrollo. También se amortizarán aproximadamente 1.300 puestos de trabajo en la administración municipal, todos ellos jubilaciones, lo que supondrá distintos porcentajes de ahorro para cada área de gobierno afectada. Igualmente, el presupuesto para construcciones y obras se limitará en cerca de un 50 por ciento, quedando en unos 60 millones de euros y a inversiones sólo se destinarán 270 millones de euros, un ocho por ciento menos que el pasado año. «Quitando de uno y otro lado hemos logrado un ahorro de 400 millones de euros», explicó Juan Bravo.