Ley electoral

Zapatero y el Senado

La Razón
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No conozco un presidente del Gobierno que no haya planteado la necesidad de reformar el Senado. Es un clásico de la política española. Desde sus primeros pasos quedó claro que los constituyentes no habían encontrado la fórmula adecuada para dar un mayor y mejor contenido a esta alta institución que debería canalizar eficazmente las cuestiones que afectan a la organización territorial del Estado. Zapatero se despidió ayer con ese clásico lamento. No sería justo criticarle por algo que tampoco consiguieron sus antecesores. Es cierto que los senadores trabajan mucho y bien, pero se ven eclipsados por sus compañeros del Congreso. El portavoz popular, Pío García-Escudero, ha sido un duro y contundente rival de Zapatero en las sesiones de control. Sin lugar a dudas es uno de los mejores parlamentarios del PP en ambas cámaras. Una vez constatadas estas realidades convendría que alguien pilote en la próxima legislatura una reforma que llegue a buen puerto. La especialización de la Cámara Alta es tan necesaria como urgente.