Nueva York

Garzón consigue retrasar su primer juicio hasta el 17 de enero

La catarata de recusaciones impulsada por el juez Baltasar Garzón –que cuestiona la imparcialidad de seis de los siete magistrados encargados de juzgarle por ordenar las escuchas en prisión a tres de los principales imputados del «caso Gürtel» y sus abogados– ha obligado al Tribunal Supremo (TS) a retrasar el comienzo del juicio.

La Razón
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MADRID- Como era de esperar, al Alto Tribunal no le da tiempo a resolver la tramitación antes del próximo día 29, fecha fijada para el inicio de la vista oral. En dos providencias notificadas ayer, la Sala Segunda del Supremo acepta la ampliación de la recusación instada por Garzón (que a los cinco magistrados ya cuestionados añadió el pasado lunes a un sexto, Manuel Marchena) y acuerda, «teniendo en cuenta la imposibilidad de celebración del juicio oral en la fecha señalada», retrasar el comienzo de la vista al 17 de enero de 2012.

Marchena, el último
En el mes y medio que tiene por delante, la Sala Penal deberá resolver las recusaciones, que afectan, además, a los magistrados Juan Saavedra, presidente de la Sala, Julián Sánchez Melgar, José Ramón Soriano, José Manuel Maza y Perfecto Andrés Ibáñez. Los cinco, según Garzón, estarían «contaminados» por haber participado en la instrucción del caso entrando a valorar los recursos interpuestos por su defensa.

En cuanto a Marchena, el juez de la Audiencia Nacional considera que su imparcialidad objetiva está comprometida desde el mismo momento en que el magistrado del Supremo instruyó otra de las causas que tiene abiertas en el Alto Tribunal: la que investiga la financiación de sus cursos en la universidad de Nueva York durante 2005 y 2006 por parte del Banco Santander. En este caso se trata de discernir si Garzón pudo incurrir en un delito de prevaricación al no inhibirse, con posterioridad, en una querella contra varios directivos de la entidad que él se encargó de rechazar.

Para evitar que las distintas recusaciones se tramiten por separado, la Sala Penal del Supremo ha acordado igualmente que la tramitación de las cinco primeras se suspenda (los afectados debían pronunciarse respecto de las pretensiones de Garzón accediendo o rechazando las mismas) hasta que la del magistrado Marchena se encuentre en el «mismo estado procesal». Serán ahora las acusaciones las que tengan que informar sobre la última recusación. Respecto de las otras cinco, la Fiscalía del Tribunal Supremo ya respaldó «las sospechas o recelos» del recusante, adhiriéndose a su solicitud.

En otra de las tres causas abiertas contra el juez Garzón (por investigar sin ser competente los crímenes y desapariciones del franquismo), su abogado ya consiguió apartar, el pasado mes de junio, a los siete magistrados que debían juzgarle por prevaricación. En ese caso, la tramitación de las recusaciones se demoró seis meses.