Manhattan

El hombre que soñaba con vivir dentro de un museo

En el corazón de la Gran Manzana hay un museo escondido, casi secreto para los neoyorquinos, que alberga una de las mejores colecciones de arte español en el extranjero. Todo empezó con la pasión que un americano ilustrado sintió hacia España. Amaba tanto los museos que de pequeño soñaba con vivir dentro de ellos. Ésta es la historia de la Hispanic Society y del idealista que convirtió su sueño en un museo.

Una de las salas de la Hispanic Society
Una de las salas de la Hispanic Societylarazon

Cuando Archer Huntington tenía 12 años, cayó en sus manos un ejemplar de "Los Zoncali", de Jorge Borrow. Después, empezó a leer "La Biblia en España". Y con ello bastó para que su corazón echase raíces en territorio español, aunque todavía no lo había visitado. Entonces, se dio cuenta de que necesitaba comprender el país si quería amarlo. Y para ello, empezó a estudiar castellano. También árabe, ya que necesitaba saber de dónde provenían algunas de las palabras. Por aquel entonces ya le había confensado a su madre, Arabella, que su sueño era vivir en un museo. Y lo consiguió. En 1904 fundó la Hispanic Society of America, que abrió sus puertas en 1908. Con este museo, el más importante de arte español fuera de nuestras fronteras, unió los dos países que más amaba, el suyo y el español. Hutington se dedicó a rodearse de personas que le podían hacer entender mejor España. En Londres conoció a Joaquín Sorolla, donde el pintor valenciano exhibía entonces sus obras. A propuesta del neoyorquino acordaron una exposición de 350 lienzos en la Hispanic Society of America, una tarea titánica. La apertura, celebrada el 4 de febrero de 1909, atrajo a la mayor multitud que hasta la fecha se había reunido en Nueva York ante un acontecimiento de este tipo. Huntington adquirió buen número de los cuadros expuestos. Al año siguiente, una conversación de ambos en París dio lugar al encargo de una serie especial sobre ambientes y fiestas de las diferentes regiones de España. Firmaron el contrato en noviembre de 1911. Y desde entonces este trabajo, "Visión de España", se convirtió en la principal tarea del valenciano durante ocho años. "Huntington, el rey Alfonso XIII y el pintor tenían previsto enviar las obras a España para una exposición, pero fue imposible por el deterioro de la salud de Sorolla y su posterior muerte (en agosto de 1923). Y ahora se ha podido cumplir el deseo de los tres", explica el conservador jefe de la Hispanic Society, Marcus B. Burke en referencia a la exhibición itinerante que fue vista por primera vez en España a finales de 2007 y que recorrió varios museos de nuestro país. La muestra tuvo casi medio millón de visitantes, una de las más vistas en los últimos años.Tras esta exitosa gira por España, la Hispanic Society celebra la vuelta de estas catorce obras del valenciano al museo neoyorquino junto con la reapertura de la galería homónima del mismo pintor, donde han encontrado su lugar las mismas piezas desde 1926. Así se completa la fase primera de un ambicioso proyecto de rehabilitación en la Hispanic Society of America, cuyo presupuesto es de cinco millones de dólares. Todos las obras de Sorolla tienen una anchura de más de 70 metros y una altura de 3,5. Marcus Burke bromea: «Siempre comentamos que el Museo Sorolla de Madrid tiene más obras del autor, pero nosotros tenemos más metros». El director de la Hipanic Society, Mitchell Codding, destaca que "ahora el trabajo que corona la carrera de Sorolla ha podido ser visto al fin en España, donde nunca había estado antes. Estamos encantados de que estén de nuevo en casa. El proceso de restauración ha redescubierto detalles preciosos escondidos durante años. Pero también es muy importante que nuestra renovación y reinstalación de la Galería Sorolla ha mejorado la luz y corregido el ángulo de visión entre el visitante y las piezas".La colección de la Hispanic Society of America incluye más de 800 pinturas y 6.000 trabajos sobre papel, que ofrecen un estudio del arte español a través de las piezas de El Greco, Goya, Morales, Murillo, Ribera, Velázquez, Zuloaga, Zurbarán, Fortuny o el propio Sorolla. Del Greco, destaca la «Sagrada Familia» de sus primeros años en Toledo hasta el San Lucas (1590), realizada en el ocaso de su vida. Entre los firmados por Goya, se encuentra el famoso de la «Duquesa de Alba» (1797), pintado cuando el artista la visitó en su finca del sur de España. De Velázquez, resalta el «Cardenal Pamphili», el «Retrato de niña» y el «Conde Duque de Olivares» (1625-26). Mil ejemplos de esculturas que datan del año 1.000 a.C hasta el siglo XX. También incluye cerámicas, cristal, mobiliario, telas o fotografías. Mientras, la biblioteca representa una fuente inagotable hasta para los más ávidos investigadores interesados en la cultura de la península Ibérica e Iberoamérica a través de su colección de más de 250.000 libros y periódicos, que incluye más de 15.000 volúmenes impresos de antes de 1701 y aproximadamente 200.000 manuscritos desde el siglo XII hasta el presente. ¿También hay lingotes de oro y biblias de Gutenberg como cuenta la leyenda sobre Huntington? Codding y Marcus Burke lo desmienten entre risas. El primero apunta que "antes Huntington sí tenía oro en el sótano, pero se lo llevó". Marcus explica que "las biblias las tenía su primo en un museo de California". Lo que sí es seguro es que los curiosos que acudan a este museo casi escondido podrán disfrutar de nuevo con lo mejor del arte español, como siempre hacía hincapié Huntington, de un pequeño sabor de España gracias a la Hispanic.