El Ayuntamiento ofrece un millón de euros para restaurar Santa Catalina

Sevilla- El futuro de la iglesia de Santa Catalina parece que se abre coincidiendo con el centenario de su declaración como Monumento Nacional. El Ayuntamiento anunció ayer que se ha comprometido con el Arzobispado a aportar un millón de euros destinado a la rehabilitación integral del inmueble, aunque aún está por confirmar el modo en el que se llevará a cabo. Lo que sí han dejado claro desde el Gobierno local es que el proyecto necesita de la colaboración determinante de la Junta de Andalucía.

Hay que recordar que los primeros trabajos de reparación del templo se realizaron en el año 2009 y se centraron en la resanación de las cubiertas con un coste de 1,1 millones de euros. Una cantidad que se repartieron el Consistorio y el Gobierno andaluz, puesto que cada uno aportó 705.000 euros y 403.650 euros, respectivamente. Pese a ello, aún se le adeuda a la empresa J. B. A. Construcciones Bellido SA 330.000 euros, de los cuales 270.000 corresponden al Consistorio y 90.000 euros a la Administración andaluza.

El debate sobre la situación de la iglesia se ha reabierto en los últimos días y para el 18 de este mes hay convocada una actividad de protesta que pretende convertir las paredes del templo en una suerte de Muro de las Lamentaciones a la sevillana donde los ciudadanos colocarán papeles en protesta por la situación en la que se encuentra el inmueble.

Por su parte, el arquitecto encargado de la restauración, Francisco Granero, instó a realizar una intervención para mejorar la cimentación de los pilares de manera urgente, operación que tendría un coste de un millón de euros. Santa Catalina fue cerrada al culto hace ocho años debido al mal estado de conservación que presentaba y cuenta con uno de los mejores patrimonios artísticos de la ciudad con obras de Pedro de Campaña y Pedro Roldán, entre otros.

Los bautizos y bodas del falso cura son «válidos» aunque «ilícitos»
El Arzobispado respondió ayer mediante un comunicado a la desaparición del falso cura, Ángel Orellana, que había ejercido su ministerio de forma fraudulenta durante siete años. Según la Archidiócesis, que ha abierto una investigación para esclarecer el caso, los sacramentos del bautismo y del matrimonio que administró Orellana son «claramente válidos», aunque «ilícitos», mientras que en el caso de los sacramentos de la eucaristía, la penitencia y la unción de enfermos, son «actos inválidos pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden». Ángel Orellana llegó de Ecuador con una documentación falsa que le acreditaba como sacerdote.