Barcelona
Los sindicatos fracasan en su ensayo de huelga general
La huelga convocada por el sector público ante las medidas anunciadas por el Gobierno para reducir el déficit y por las que se rebaja el sueldo a todos los funcionarios no ha tenido la acogida que los sindicatos esperaban entre los empleados públicos. Las cifras de seguimiento, muy dispares en función de la fuente consultada, arrojan en cualquier caso un fracaso de la convocatoria, que pretendía ser un anticipo de la más que probable huelga general. Mientras que el Gobierno cifró en una media del 11,85% el seguimiento del paro en la Administración General del Estado, los sindicatos mantuvieron en el 75% el seguimiento de la misma, según fuentes de UGT y CC OO.Aviso a ZapateroLos secretarios generales de UGT y CC OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, recomendaron ayer al Gobierno «tomar muy buena nota» de la jornada de huelga, ya que «puede ser el principio de muchas cosas», advirtió Méndez durante la manifestación celebrada en Madrid, refiriéndose a la posibilidad de que este paro puede ser un ensayo de una próxima huelga general. «Dependerá de lo que haga el Gobierno», afirmó el líder de UGT.Bajo un constante aguacero, Toxo y Méndez encabezaron la manifestación central de la huelga de funcionarios, a la que acudieron unas 8.000 personas según la Policía, 75.000 según los manifestantes, en medio de un ambiente más apático que crispado. Cuestionado sobre el desenlace de la reforma laboral, Toxo deseó que ésta se solucione mediante un acuerdo, pero que si el Gobierno «decide tirar por la vía de en medio, la respuesta será la huelga general». El líder de CC OO acusó al Gobierno de «maquillar» las cifras de seguimiento, así como de establecer unos servicios mínimos «abusivos». Cándido Méndez fue más allá tildándolos de «verdadero hachazo», a pesar de lo cual calificó la huelga del sector público como un «éxito».Méndez responsabilizó al Gobierno de la huelga, y le pidió a Zapatero que no se deje arrastrar por el «pánico de los mercados» y le instó a acometer una subida de impuestos para «los que más tienen», en lugar de aplicar un recorte «injusto y estéril» a los funcionarios, que es el «camino fácil».Los sindicatos se manifestaron también en otras capitales de provincia, siendo la más significativa la marcha de Barcelona, con 30.000 asistentes según la Policía, aunque al igual que en el caso de la capital, con escaso éxito.
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