Comunidad de Madrid

Compras y aperitivo en El Rastrillo

Última jornada de campaña y primera del Rastrillo. Se corre el riesgo de pensar que las agendas de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de la delegada de Medio Ambiento del Ayuntamiento están tan apretadas a 48 horas de que abran los colegios electorales que el acto de inauguración de El Rastrillo de Nuevo Futuro tendría que acelerarse para cumplir con otros compromisos

Doña Pilar de Borbón, Esperanza Aguirre y Ana Botella, ayer, en uno de los puestos del Rastrillo
Doña Pilar de Borbón, Esperanza Aguirre y Ana Botella, ayer, en uno de los puestos del Rastrillolarazon

Pero no. Acompañadas por la Infanta Doña Pilar, presidenta de honor de la asociación, Aguirre y Botella se pasearon ayer por el Pabellón de la Pipa como dos madrileñas más: sin prisas, solidarias y con ganas de hacer esas compras navideñas adelantadas que dejan buen sabor de boca siempre que se hacen en el Pabellón de la Pipa. «Al venir al Rastrillo hay que quedarse con la labor que hay detrás de Nuevo Futuro y su extraordinaria labor con los niños y jóvenes que pasan por dificultades», comentaba Aguirre al comenzar el recorrido por el popular mercadillo, no sin antes invitar «a todos los madrileños a venir, porque van a encontrar artículos a muy buen precio».

Lo mismo ha dicho Botella, que destacó los 43 años de vida de Nuevo Futuro, en los «que han dado una casa o una familia a miles y miles de niños» y «eso es lo que hay que pensar». «Yo animo a todo el mundo a que venga aquí a comprar sus regalitos de Navidad», ha espetado Botella.

Broches y collares de partido
Y ellas pueden dar fe ello, porque así lo hicieron. Monedero en mano, Aguirre se detuvo en un puesto sí y otro también para comprar. ¿La primera estación? En la Tómbola de Nuevo Futuro. Por cinco euros, se hizo con una lámpara navideña para velas y unos adornos para el árbol. Más tarde probaría suerte también en la Tómbola de las Antiguas, llevándose una silla para su nieta y una cesta de chucherías. Pero si por algo tiene debilidad la presidenta es por los broches, su prenda fetiche. Tanto le gustaron dos mariquitas que le mostraron en el stand de Los Reboltijos, que no sólo pagó los diez euros correspondientes por cada una, sino que además se las puso de inmediato sobre su americana verde de terciopelo. A Botella, en cambio, se le fueron los ojos a los collares del puesto de Las Xanas, donde departió con la Marquesa de La Vega de Anzo, pero fue en El Capricho de Adán donde hizo su gran compra. Casi 300 euros pagó por unos jerseys de cashmere para sus nietos y una corbata para José María Aznar.

Eso sí, a cada paso se topaban con mujeres que las coreaban, les daban ánimos y expresaban sus mejores deseos para una y otra. «Estamos deseando que llegue el lunes», le comentaban a la presidenta al detenerse en El Rincón del Gourmet, donde mantuvieron una larga conversación con el padre Garralda, otro de los referentes de solidaridad de nuestro país. «Te queremos ver de alcaldesa, lo vas a bordar», le piropeaban a Botella un poco más tarde. Parada obligada de ambas en el puesto de la Asociación Española Contra el Cáncer. A la presidenta le quisieron regalar un foulard, pero ella insistió en pagarlo mientras que la esposa de Aznar hizo lo propio con una camiseta de algodón. 

Y a la hora del aperitivo, para retomar fuerzas, les recibieron con tinto y a ritmo de rumba en Vistalegre. Con versiones varias de «Color Esperanza» y «Sólo sabes bailar chachachá», repasaron las compras realizadas y se dejaron llevar por uno de los grandes atractivos del Rastrillo: el tapeo y el flamenco.
 

 

Menú del día
-La Venta del Toro. Garbanzos con tocino de Casa Juaneca, rabo de toro de Araceli, albóndigas y croquetas de Arturo, oreja y callos de Agrucarnes, ternera asada.
-El Rincón del Gourmet. El Hotel Intercontinental ofrece guiso de tomates y setas, muslo de pato con frutas del bosque, brownie de chocolate con salsa de frambuesa. Caoba cocina tiradito de lubina y jengibre, gnocceti de patata y calabaza y barattolo de yogur.