Pinto

Estilo Mourinho por Julián GARCÍA CANDAU

La Razón
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El Real Madrid salió a jugar la final con la lección bien aprendida. La recitó desde el primer minuto sin tartamudeos. Pepe y Khedira se dedicaron a obstruir el juego de Xavi e Iniesta y todo el equipo practicó el fútbol de ayudas de manera que ningún futbolista del Barça pudiera salir de un regate.
El Madrid planteó el partido al estilo de su entrenador, lo que en otros tiempos los cronistas calificaban de bronco y copero. El equipo barcelonés, como es costumbre, tuvo más posesión de balón, pero con tantas precauciones defensivas del Madrid sus pases fueron obsesivamente horizontales y no creó peligros para Casillas. Sólo hacia el final del primer tiempo hubo tres saques de esquina, pero ni siquiera en estos lances tuvo que intervenir Iker.
Tuvo más apuros Pinto. Detuvo un remate de Cristiano, se salvó del gol porque el remate de cabeza de Pepe se estrelló en un palo y el astro portugués desaprovechó los momentos más claros para marcar.
El Barcelona mantuvo la pelota sin que Messi pudiera entrar en el área con posibilidades de gol y entre la zona media y el ataque no hubo apenas conexión. El Madrid cortocircuitó el fútbol azulgrana y a la contra tuvo ocasiones para inclinar el resultado a su favor.
Mourinho experimentó en el Bernabéu el sistema con Pepe de aduanero, pero esta vez alineó a Özil, quien demostró el sábado que fue error dejarle en el banquillo tantos minutos. Esta vez, por el contrario, se fundió y fue relevado. Coincidió su relevo cuando el Barça, además de adueñarse de la pelota, creó peligro y hasta hubo que anularle un gol a Pedro. Iker tuvo que salir al rescate para evitar la derrota. La segunda parte fue del equipo barcelonés. El Madrid, después del esfuerzo anterior, no pudo seguir sosteniendo el juego de gran esfuerzo físico. Hubo menos faltas y juego más fluido. Pese a ello, la prórroga fue inevitable y en la primera parte de la misma también el Barça acusó cansancio.
Llegó el gol madridista en la contra de Marcelo, Di María y el remate de cabeza de Cristiano Ronaldo. Mourinho ya ha salvado la temporada.