Energía
Un gobierno de ocurrencias
El presidente Aznar definió con gran precisión el planillo de ahorro energético como un «concurso de ocurrencias». La debería extender al conjunto del Gobierno. Hay medidas aisladas que son positivas, pero el problema está en la descoordinación y la improvisación. La difícil situación en que estamos inmersos debería conducir a un mayor rigor a la hora de plantear temas que son fundamentales. La factura energética es un lastre. Nuestra dependencia, un 80 por ciento, es muy superior al resto de países europeos. Por tanto, el objetivo prioritario de cualquier gobierno debería ser disminuir progresivamente este porcentaje. Por ello, es muy acertada la definición de Aznar. No lo es que Zapatero pida a Rajoy que «hable con Dios» y ofrezca un plan energético. Le podrá gustar o no, está en su derecho, pero el PP tiene una propuesta en esta materia. En cualquier caso, Aznar le puede remitir el documento elaborado por Faes. Siento que Caldera no sea capaz de hacerle un informe de igual calidad.
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