Cataluña

Rojo y negro

La Razón
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Les ha cambiado la cara. En cuestión de horas, los rostros más conocidos del socialismo español han pasado del más turbio pesimismo a una nueva arenga: intentar ganar y destrozar al PP. La remodelación del Gobierno convierte un Comité Federal, que se preveía crítico, en balsa de aceite. Guiños hacia la izquierda y mucha agenda social, para frenar la sangría de votos.

En su resurgir cual ave fénix, Zapatero se apoya en dos guardianes. Rubalcaba al mando del aparato del Estado y Blanco en el control del partido. Prietas las filas hasta las elecciones de 2011 y virulencia política basada en la propaganda.

Que se cuide el PP. Los próximos meses serán tremendos en ese duelo de titanes que profetiza Soraya para las sesiones del Congreso con Alfredo enfrente. Los socialistas son estupendos comunicadores. Mariano y los suyos han de demostrar que, ante la crisis, no saben ser gestores. Calmados los «barones» territoriales, Zapatero puede agotar la Legislatura, con el respaldo del PNV bajo otro horizonte de ETA, sin dejar de mirar a CiU, siempre tan responsable y con evidencias de gobernar en Cataluña. El resultado del próximo 28 de noviembre es clave para los dos grandes partidos nacionales.

Como en la novela de Stendhal, «Rojo y Negro», Zapatero se parece a su protagonista, Julien Sorel. Obsesionado por mantener el poder, dice a los demás lo que quieren oír, haciendo lo que desean verle hacer. La campaña electoral está servida, sin desvelar la incógnita de la sucesión.