China defiende su apoyo a Asad en Damasco

Mientras las explosiones de artillería retumbaban ayer en la ciudad de Homs, el régimen de Asad atendía en Damasco a un huésped muy especial. El viceministro de Exteriores chino, Zhai Jun, iniciaba una visita oficial a la capital, durante la que dejó dicho que Pekín confía en las medidas anunciadas por el régimen para «pacificar el país»: un referéndum para modificar la Constitución y unas elecciones multipartidistas. El enviado chino acude, en teoría, con la misión de terciar en medio de la masacre, jugando la carta de lo que la diplomacia del gigante asiático llama una «actitud constructiva». Lo cierto es que China es uno de los mayores defensores de la doctrina de «no intervención» y, salvo contadas excepciones, acostumbra a utilizar su creciente peso internacional para frenar cuantas resoluciones, embargos o condenas se promueven desde Occidente contra terceros países, desde la Yugoslavia de Milosevic a la Corea del Norte de Kim Jong Il, pasando por el Irán de Mahmud Ahmadineyad. Pekín ejerce su oposición ante cualquier intervención extranjera casi de oficio, argumentando una y otra vez que cada nación tiene derecho a resolver sus problemas sin «interferencias». Se trata de un principio que, por supuesto, el Gobierno chino también agita cuando las potencias occidentales apuntan hacia Pekín, ya sea por la situación en el Tíbet, por la encarcelación de presos políticos o por las violaciones de los derechos humanos. Esta estrategia diplomática es parecida a la que se utilizó durante la última fase de la revuelta en Libia y con la que finalmente China acabó salvando parte de las millonarias inversiones firmadas con Gadafi, incluso a pesar de haber vendido el último cargamento de munición y armas de las que dispuso el dictador poco antes de ser derrotado. En cuanto a sus intereses económicos, China es el mayor exportador a Siria, tiene participación en la explotación de hidrocarburos y en la construcción de infraestructuras. Con todo, sus intereses allí no son estratégicos, como sí pueden serlo para Rusia.

Aviones de EE UU vigilan Siria
Naves no tripuladas militares de Estados Unidos patrullan el espacio aéreo sirio para vigilar los movimientos de las Fuerzas de Seguridad de Asad y sus maniobras represivas, según ha informado la cadena NBC citando una fuente militar. norteamericana.