La imputación de la Infanta

Fallo extraño

La Razón
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Tenían razón quienes anunciaban que el juez instructor del caso de los trajes iba a mantenerse en sus trece y se refugiaría en «si es inocente, ya lo absolverán. No es mi problema». Quienes así reflexionaban ante mí, eran abogados y habituales del Derecho. Por el contrario, yo adjudicaba al magistrado cualidades que le atribuían quienes le conocen y que invitaban a pensar en la reflexión profunda del caso y de las consecuencias personales, sociales y mediáticas que conlleva.
No ha sido así y la decisión de Flors me parece desproporcionada, discriminatoria y, por tanto, dudosamente justa. Desproporcionada, porque se hace difícil comprender este fallo por la duda de si ha pagado o no unos trajes. Aunque sería igual de desproporcionado para cualquier otro, se hace mucho más llamativo al tratarse del presidente de la Generalitat. Discriminatoria, porque da la impresión de haber pasado por alto la doctrina del Tribunal Supremo aplicada al presidente del Congreso, José Bono, que sirvió para archivar su proceso, con pisos, hípicas y algo más de por medio.
Finalmente, ni el informe de la Agencia Tributaria, ni las escuchas de Crespo con sus abogados, aunque fueran declaradas ilegales, han sido tenidas en cuenta. Y todas favorecían al presidente.
Así es la vida.