Berlín

Los países del club del euro divididos por la emisión de eurobonos

En medio de la breve tregua que han dado los mercados financieros a las economías con problemas de la eurozona, tras el rescate a Irlanda de 85.000 millones de euros, los ministros de Finanzas del euro se reunieron ayer en Bruselas con la mente puesta en las nuevas medidas que pueden tomar para cortar de raíz el ataque especulativo de los inversores a la deuda soberana de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España).

Agentes de la Bolsa de Fráncfort en la mañana de hoy
Agentes de la Bolsa de Fráncfort en la mañana de hoylarazon

Tras la aprobación del fondo de rescate de 750.000 millones en mayo pasado, con fondos de la UE y de la FMI, pero insuficiente para parar las embestidas, fuentes comunitarias reconocen que «ya no quedan muchas balas en la recámara». Y las opciones que se atisban están llamadas a plantear un enfrentamiento entre los socios, que al cierre de esta edición continuaban reunidos.

Entre ellas, el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker, defendió en un artículo conjunto en el Financial Times con el ministro de Finanzas italiano, la creación de eurobonos. Para los firmantes, la emisión de deuda por parte de la eurozona sería la cuadratura del círculo, ya que impondría disciplina fiscal a los Gobiernos de la eurozona, que dejarían así de estar sometidos a los ataques especulativos de los mercados, por lo que daría oxígeno a la recuperación económica global de la UE.

La idea de los eurobonos es una vieja aspiración en los pasillos comunitarios que, por el rechazo de los alemanes siempre ha encallado antes de ver la luz. La crisis no ha cambiado la postura germana, y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, volvió a tumbar esta posibilidad ayer por la penalización que cargarían los países con una ventaja competitiva de sus bonos en el mercado, por el espacio que dejaría para la complacencia de los países con reformas pendientes, y por la complejidad que plantearía, ya que requeriría una reforma de los tratados.

Este último punto también fue observado por Elena Salgado, a quien le pareció poco realista esta posibilidad por la cirugía que implicaría en las normas básicas de la UE. «Me parece una posibilidad a explorar, pero implica cambios en el tratado, así es que no veo que sea posible de manera inmediata», dijo. Salgado se alineó con Berlín y rechazó también ampliar la dotación del fondo de rescate.

Más convencido se mostró el comisario de Asuntos Europeos, Olli Rehn, quien con la prudencia que suele mantener en el arranque de los debates señaló que la idea es «intelectualmente atractiva». Según la propuesta de Junquer y Tremonti, una nueva agencia emitiría estos bonos que, en circunstancias normales, cubriría el 50% de la emisión de deuda para cubrir las necesidades de liquidez de los Estados miembros. En caso de que un país tuviera problemas, como los que atraviesan Portugal e Irlanda, las emisiones de esta agencia podrían cubrir hasta el 100% de la deuda de un socio del euro.

Proyectos de infraestructuras
Hasta ahora, la CE sólo se ha atrevido a proponer la emisión de eurobonos para la financiación de proyectos de infraestructura concretos, una idea que defendió su presidente José Manuel Durao Barroso, y que aún tiene que poner sobre el papel. Si la emisión de eurobonos parece complicada, el aumento del fondo de rescate actual de 750.000 millones, tal y como defiende el FMI y el Bundesbank, trae amenazas por el lado de los mercados. Los inversores volvieron a alejarse ayer de los títulos de países como España, cuya prima de riesgo aumentó hasta los 236 puntos. Engordar el fondo puede ser la señal más clara de que estos grandes países pueden necesitar la ayuda.

En base a este fondo de rescate se emitirán el próximo año títulos para aumentar el capital y, según analistas, si se quiere lograr la triple A, como se persigue, los europeos tendrán que reservar un «colchón» de alrededor de 200.000 millones. Por ello, para mantener intacto el capital real de 440.000 millones, los europeos deberían aportar más fondos al mecanismo de rescate, por lo que la puerta podría quedar abierta para un aumento considerable que permitiera rescatar a economías como la española.


Salgado, penúltima ministra de la UE

La vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, recibe la segunda peor valoración entre los 19 ministros de Economía de la Unión Europea analizados por el diario británico «Financial Times», en cuya lista ocupa el puesto 17, empatada con su homólogo húngaro, Gyorgy Maltocsy, y sólo por delante del ministro irlandés de Economía, Brian Lenihan, que cierra el listado por segunda edición consecutiva. Salgado, que pierde así una posición respecto a la clasificación del año pasado, recibe su mejor valoración en el ámbito político de su función, donde aparece en el puesto 14, mientras que se sitúa en la posición 16 en cuestiones relacionadas con la credibilidad.

Por su parte, el ministro alemán de Economía, Wolfgang Schuble, aparece en primera posición del listado, con la cuarta mejor nota en cuestiones políticas, la segunda mejora valoración económica y el tercer puesto por credibilidad. En segunda posición aparece el ministro polaco Jacek Rostowski, mientras que la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, que el pasado año fue la mejor clasificada, se sitúa en tercer lugar y recibe el elogio del rotativo por su «importante papel» a la hora de superar las diferencias en el eje franco alemán.


Copago y entrada de capital privado
n La Unión Europea recomienda a los Gobiernos de los Veintisiete que estudien la posibilidad de introducir el copago y la participación del sector privado para limitar el crecimiento excesivo del gasto sanitario y garantizar la sostenibilidad financiera de sus sistemas de salud, que se encuentran amenazados por el envejecimiento de la población y las restricciones en los presupuestos públicos en la mayoría de Estados miembros debido a la crisis económica. Los Ejecutivos deben «fomentar un uso rentable de la atención sanitaria, a través de incentivos adecuados incluidos sistemas de copago y de pago al proveedor, y en su caso a través de la participación de proveedores no públicos garantizando al mismo tiempo la protección de las personas más vulnerables», según se recoge en las conclusiones sobre los sistemas sanitarios europeos que aprobarán hoy los ministros de Economía de la UE. En España se ha barajado, en varias ocasiones, introducir el copago sanitario, pero el Gobierno ha descartado esta medida en los diferentes planes de austeridad aprobados hasta ahora.
n El Ecofin aconseja, además, dar prioridad a «la prestación y el acceso a servicios sanitarios primarios para mejorar la salud general y reducir el uso innecesario de prestaciones de especialistas y hospitalarias».