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Crisis del PSOE

Un discurso de principios y sin grandes propuestas

No hay, tras la debacle del 22-M, ni un proyecto claro ni un partido ilusionado. Pero Alfredo Pérez Rubalcaba está dispuesto otra vez a lograr la cuadratura del círculo. Maniático de los tiempos y las formas, guarda con mucho celo el contenido del discurso con el que se presentará esta mañana ante la plana mayor del PSOE, tras ser proclamado oficialmente candidato.

Elena Valenciano ultimaba ayer los preparativos para el acto de proclamación de Rubalcaba en el Palacio de Congresos larazon

En el partido hay quien recela de su hermetismo y del escasísimo equipo al que ha confiado las esencias de su proyecto político, pero la mayoría espera un discurso con el que el candidato recupere las esencias de la izquierda y vire el rumbo que emprendió hace ya un año el Gobierno al que él pertenece todavía.
Quienes conocen los detalles del discurso aseguran que no contendrá grandes propuestas; será más bien un parlamento de principios y prioridades con el que avanzará las líneas estratégicas de su proyecto. Ahora bien, si a algo le dedicará especial atención es la «calidad de la democracia», la llamada regeneración democrática. Una nueva forma de ver y hacer política en el siglo XXI y que algo tiene que ver con el movimiento 15-M y la «spanish revolution».
¿Puede alguien que ha formado parte del «statu quo» de la política de los últimos 20 años presentarse como el gran regenerador de la misma? Es la pregunta que muchos se hacen dentro y fuera del PSOE. Pero alguien tan astuto e inoxidable como Alfredo Pérez Rubalcaba debe estar muy convencido de sus posibilidades para lanzarse a semejante carrera. De lo contrario, no hubiera pujado nunca por el liderazgo, dicen sus más allegados, que niegan la mayor, esta es, que sale a perder, a salvar los muebles. Sólo el tiempo lo dirá. Pero para hoy, su gran puesta de largo, todo está listo en el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones.
No falta detalle, ni siquiera una sintonía propia para el candidato que acompañará a su lema, «escuchar, hacer y explicar». La ha compuesto el cantante del ex grupo Tequila, productor y compositor, Alejo Stivel, y la música se utilizará en todos los actos que protagonice el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. La banda sonora de Stivel acompañará al vídeo de presentación con el que el PSOE lanzará la candidatura esta mañana. Stivel y el que fue su grupo durante muchos años, Tequila, ya participó en los actos centrales de la campaña electoral de las elecciones generales de 2008, en los momentos previos a los inicios de cada mitin con canciones como «Que el tiempo no te cambie». A Rubalcaba, dicen, no le hace falta letra, sólo música que le acompañe en esta andadura, afirman en el PSOE.

El hombre que se cansó de hacer de negro
Sus amigos le llaman el «mago»; sus enemigos, «Maquiavelo». Y algo de las dos cosas ha de tener alguien que ha sobrevivido a tantos avatares de la política, ha nadado en todas las aguas del socialismo y está a punto de demostrar que, pese a nefastas experiencias, en el PSOE a veces es posible la cohabitación entre un líder y un candidato. Rubalcaba, eterno número dos de diferentes gobiernos socialistas, se ha cansado de hacer de negro para los proyectos políticos de otros, y ahora anuncia que quiere ser negro de sí mismo. Así que nadie crea con esta declaración de intenciones que el próximo candidato del PSOE a las generales es una solución de emergencia, un líder de transición o un parche coyuntural con el que hacer frente a un reto casi imposible: impedir que Rajoy llegue a La Moncloa. Está para quedarse. Tiene un proyecto para ocho años y pese a que está a punto de cumplir los 60, este maestro en el arte de la política entre bambalinas, llega dispuesto a todo con tal de hacerse con las riendas del socialismo y no sólo para un año. Los que duden, que revisen su pasado de superviviente: portavoz del Gobierno de los GAL y la corrupción; felipista manifiesto; valedor de Bono en el XXXV Congreso y converso «zapaterista», hace meses que era el hombre fuerte del Gobierno, una especie de presidente bis que manejaba todos los hilos. Con la candidatura del PSOE gana su penúltima carrera. Y está convencido de que habrá más porque cree en sus posibildiades.