insomnio
La obesidad infantil provoca un aumento del número de niños con apnea del sueño
El Hospital de Requena coordina el primer gran estudio nacional sobre un trastorno cada vez más frecuente.
El incremento del número de niños con problemas de sobrepeso está provocando que cada vez sea más frecuente encontrarlos en las consultas especializadas en trastornos del sueño. Hasta hace poco, los menores que sufrían apnea del sueño, o lo que es lo mismo, obstrucciones de la respiración mientras duermen, eran pocos, y las causas giraban principalmente en torno a una amígdala demasiado grande. Sin embargo, actualmente, niños con tonsilas normales se enfrentan a las dificultades derivadas de las asfixias nocturnas y se convierten en roncadores habituales.
Así lo explica Miguel Ángel Martínez, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital de Requena, que, pese a no tratar esta rama de pediatría, constata la importancia de perder peso si se desea acabar con una anomalía que puede llegar a ser fatal.
«Hay que concienciar a la población e insistirles en que deben ir al médico si sospechan que sufren apnea del sueño. Pero también hay que aleccionar a los facultativos, para que nos deriven los pacientes que crean que presentan esta patología».
Son obesos, de media edad, e hipertensos. Se duermen al volante, roncan, se quedan sin respiración... entre el 5 y el 6 por ciento de los hombres y entre el 3 y el 4 por ciento de las mujeres -ellas además con problemas de ansiedad y dolores de cabeza- sufre este problema.
Sin embargo, Martínez explica que hay que distinguir entre el «ronquido social», menos importante, y el patológico, que sí va asociado a la apnea del sueño. En este sentido, el departamento que dirige ha constatado la relación entre la apnea del sueño no tratada y los problemas cardiovasculares.
Así, los primeros datos del mayor estudio sobre el sueño que se ha realizado hasta el momento en España y que coordinan desde este centro, desvelan la eficacia del sistema de presión positiva continua de la vía aérea (CPAP).
Coordinado por Martínez con la colaboración de más de 200 pacientes con hipertensión arterial resistente a los tratamientos tradiciones, el ensayo valora si la presión de aire, no de oxígeno que genera la máscara que se le coloca al paciente durante la noche hace disminuir de forma significativa sus cifras tensionales. «Se trata de pacientes que pueden llegar a tomar hasta cinco pastillas al día para controlar su tensión, pero que a pesar de ello, no lo logran. La CPAP sí lo está haciendo». Cuando finalice el estudio y se confirme lo que ya parece evidente, «será un logro muy importante».
Este estudio se encuadra dentro de un programa de investigación promovido por la Sociedad Española de Neumología y becado por la Generalitat Valenciana y el Instituto de Salud Carlos III dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y pasa por ser actualmente el mayor estudio realizado sobre este campo en nuestro país por número de centros participantes.
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